Joseph Gordon – Levitt (Lopper, 50 primeras citas) se echa a las espaldas el thriller SOL DE JUSTICIA (2024) dirigida por el director marfileño Philippe Lacôte. Un interesante noir mediterráneo en el que interpreta a Nick Bali, un detective que viaja hasta Creta (Grecia) para esclarecer la muerte, en principio un accidente por una “simple” caída mientras practicaba escalada libre (lo que se entiende por Free solo) del hijo de una rica y poderosa familia de la isla. Pero, claro, las cosas no son como parecen. Si fuera un accidente no habría caso y, por tanto, película. De modo que tanto el hermano gemelo del fallecido (ambos interpretados con criterio por Richard Madden), su esposa (Shailene Woodley), sus padres, incluso alguno de sus amigos, se convierten en sospechosos durante el transcurso de la investigación del bueno da Nick.
SOL DE JUSTICIA, sigue, para bien y para mal, todos los clichés de cine negro. Desde la voz en off del protagonista que nos sumerge en un caso que podría haber sido escrito por el mismísimo Raymond Chandler (El sueño eterno), a su pasado atormentado bañado en litros de whisky, la presencia de una femme fatale, los giros inesperados a lo largo de la trama, los diálogos tan ingeniosos como punzantes, la búsqueda de redención por parte del protagonista, las mentiras, las falsas y verdaderas pruebas, la ambigüedad, los falsos culpables y, por supuesto, la atmósfera de que algo chungo está pasando, hacen de SOL DE JUSTICIA un interesante ejercicio de estilo que no debe ser pasado por alto.
Sustituyendo la noche neoyorquina por los diáfanos días del Mediterráneo, los rascacielos por los bosques y acantilados, los bares por las cafeterías a pie de calle, la corrupción policial por la familiar, los hostales de mala muerte por conventos ortodoxos, las persecuciones por los interrogatorios disfrazados de simples conversaciones, y la venganza por la redención, SOL DE JUSTICIA se convierte en una película que, lejos de apabullar, simplemente entretiene.
Está claro que una dirección más “artesanal” la habría convertido en una gran película. Pero se queda a medias. En cualquier caso, en los tiempos que corren, prefiero una peli que cumple su papel a una pretenciosa que se queda en lamentable conato. Y SOL DE JUSTICIA cumple con creces, sobre todo con esos giros que te vuelan la cabeza y que, pese a que se hubiera podido sacar mayor partido de ellos, no por eso dejan de ser tan brillantes como efectistas para arrastrarte a un desenlace que te deja, por unos momentos, en KO.
Soy fan de las películas que te dan bofetadas. Y esta los da. Que te dejan fiera de juego. Y esta lo hace. ¿Podría haber sido mejor? Sin duda. ¿Y peor? Por supuesto. Pero los what if? se quedan en eso. Lo importante es lo que ES. Y SOL DE JUSTICIA es un más que digna propuesta de cine negro. Que demuestra que Joseph Gordon – Levitt es un actor como la copa de un pino. Y que, como dijo Jacinto Benavente, “el que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta”