Ocurre cuando abres la puerta al pasado, aunque únicamente sea una rendija. Por ella se cuelan recuerdos de todo tipo, buenos y malos. Recuerdos, al fin y al cabo. Retazos de lo que fuiste. Lo difícil es trasladar esos recuerdos al papel. Y más si implican a más personas que, como tú, también vivieron -más