Hay lecturas que son auténticas hostias en la boca. Dolorosas. Una agria sensación que experimentas mientras las páginas pasan por delante de tus ojos agrietándote los dientes, a punto de caer con la siguiente andanada. Zas. Zas. Una tras otra.
Hay lecturas que son auténticas hostias en la boca. Dolorosas. Una agria sensación que experimentas mientras las páginas pasan por delante de tus ojos agrietándote los dientes, a punto de caer con la siguiente andanada. Zas. Zas. Una tras otra.