A fuerza de ser justos, no tenía ni idea sobre qué escribir esta semana. Servidor no se ocupa de pagos en negro, sobres, políticos y demás escenas circenses –que el honrado gremio de trabajadores de espectáculos ambulantes me perdone por tan cruel comparación-, porque el tiempo que tiene para pergeñar estas cuatro letras es escaso.
Un viaje en el metro
Un vagón del metro. Lo mismo da Madrid que Barcelona, Bilbao o Valencia. Nueve de la mañana. Hora punta. Murmullos y conversaciones apagadas por el traqueteo del convoy. Y una mano que cuelga de la barandilla.