No hay día que no me cruce con esa frase. En los tiempos que corren uno no sabe si tomarla como un bálsamo o un acicate más para atarse los machos de cara a lo que nos espera en los próximos años. Que no lo sabe ni Dios. Y ya es decir.
No hay día que no me cruce con esa frase. En los tiempos que corren uno no sabe si tomarla como un bálsamo o un acicate más para atarse los machos de cara a lo que nos espera en los próximos años. Que no lo sabe ni Dios. Y ya es decir.