Posiblemente cuando Marcel Proust terminó de escribir ‘En busca del tiempo perdido’ – con sus siete tomos y más de tres mil páginas de vellón-, nunca imaginó que muchos –millones de personas, tal vez- resumieran tan magno esfuerzo narrativo en una única escena de ‘Por el camino de Swann’.
Cuando la dignidad no tiene precio
Lo que voy a contarles es verídico. Palabrita de niño Jesús. Cosas de esta patria nuestra en la que el sol sale por Antequera y se pone por donde le da la realísima gana, que para eso somos como somos. De esas situaciones que te reconcilian con los demás cuando la dignidad está por encima
Lecturas decimonónicas
Sostengo y defiendo que en las escuelas e institutos se comenten día tras día horrendos crímenes contra la literatura. La mayoría de las veces trufados de una pátina educadora que, pasado el tiempo, se demuestra absurda e inútil; consiguiendo el efecto contrario al deseado.
De lectores va la cosa
Cuando te sientas ante el folio en blanco, ese terrible enemigo del que he hablado en alguna que otra ocasión por estos lares, piensas en muchas cosas.
Ashía, la niña somalí
Hay lecturas que son auténticas hostias en la boca. Dolorosas. Una agria sensación que experimentas mientras las páginas pasan por delante de tus ojos agrietándote los dientes, a punto de caer con la siguiente andanada. Zas. Zas. Una tras otra.
El violín de tres cuerdas
Es la mañana de Nochebuena. Fría, muy fría. Gruesos copos de nieve tiñen las aceras, capós y techos de los coches. «El segundo día de nieve que nieva seguido en Madrid. Nada menos».
Cuando gritar se convierte en arte
Creo que fue el pasado fin de semana, no recuerdo si el sábado o domingo. Consultando la web de un periódico topé con un desagradable vídeo –por calificarlo suavemente- en las páginas de televisión de ese diario.
Personajes de carne y hueso
Una de las cosas buenas que tenemos los escritores. Entre otras muchas. Me refiero a recrear ciertos personajes basándonos en experiencias, conocimientos y amistades de muy diverso tipo.
Un Franco con gracia
Battiato es su apellido. Está de gira estos días por España para presentar su último disco –Ábrete Sésamo-. Y confieso que no sólo me hace gracia sino que también no dudo en expresar mi admiración por él. Lo habré visto un par de veces en directo y no deja a nadie indiferente. Particular, muy particular.