Llega la Semana Santa. Estaciones de tren repletas de viajeros y maletas, aeropuertos atestados de gente sofocada, atascos inhumanos en salidas y entradas de las grandes ciudades, playas llenas, procesiones multitudinarias, en definitiva, todo son aglomeraciones.
¡Pero qué burriquines somos!
Hasta el ocio nos lo han estandarizado los malvados y también los destinos.
Y sin embargo, cada uno tenemos un destino diferente, único, intransferible e irrepetible. Sólo a cada uno de nosotros nos corresponde vivirlo y hay otras maneras, cada uno que elija la que quiera, para hacerlo suyo.
Hay otras maneras de hacer del mundo un lugar más hermoso, pero sembrar lobelias es armoniosa y está al alcance de nuestras manos.
Hay otras maneras de comenzar el día, pero comenzarlo con una regadera es realmente agradecida, es devolver una mínima parte de tanto como recibimos sin ser conscientes de ello.
Hay otras maneras de sudar la gota, pero trazar con piedras el símbolo primero de un alfabeto antiguo augura la protección de providencias y otras fuerzas telúricas.
Hay otras maneras de perder el tiempo, pero escribir es bastante eficaz.
Hay otras maneras de obtener beneficios, pero plantar unos calabacines luego de mañana es de las más honestas.
Hay otras maneras de viajar, pero en bicicleta sólo dependes de ti mismo para llegar a tu destino y esto siempre es gratificante.
Hay otras maneras de generosidad, pero la de las gallinas me sigue emocionando (como me emociona mojar pan en la yema de los huevos).
Hay mil maneras de disfrutar de la deliciosa soledad (de la otra, de la impuesta, de la tirana soledad prefiero no saber nada), pero jugar al futbolín, sin duda, no es una de ellas.
Así que …
Tal y como hemos visto estos días, hay otras maneras de hacer las cosas, muchas, diferentes, mejores y peores, justas y desacertadas, geniales y torpes, perversas y magnánimas,…, muchas, tantas como seres humanos pero, siempre que puedas, la más consecuente es hacerlas como te dé la gana.
Y si es con amigos, mucho mejor.
Hasta siempre!
Salud
Ps: Y esta de regalo:
Vivamos mientras podamos, pensó para sí el jardinero, mientras podaba el melocotonero.
Como bien dices Oscar, hay maneras y maneras de disfrutar de los ratos perdidos del día a día, leer es una muy buena manera, tu ayudas a que siempre tenga ganas de hacerlo.
Espero que como dijo Jonathan Swift “Vivas cada día de tu vida”, eso si, a tu manera!!
Hay tantas cosas sencillas que el simplemente hecho de ser conscientes de ellas y sentirlas, es el mayor regalo q un ser humano pueda tener, y todos lo tenemos al alcanze de nuestra mano. El simple hecho de respirar, para mí, es uno de ellos. VIVE
Muy chulo tu post, Oscar.