LA CAJA de Oscar M. Prieto Todos los martes, con trampa y sin cartón.

Bueno, pues ha llegado el momento de viajar al Norte. Nos espera un día de aeropuertos, de pegues y despegues, cinturones abrochados y de salvavidas bajo los asientos. Confiemos en que no tengamos que llegar a usarlos y que las azafatas de los tres vuelos sean guapas y amables con nosotros.
Confiemos también en que no nos pierdan las maletas en ninguna de las escalas por media Europa, en ellas van las cartas, sería una catástrofe.
Y hablando de cartas. Como siempre, ya me está llamando algún rezagado… no hay problema. Estamos en el siglo XXI. Podéis hacérmelas llegar bien escaneadas o directamente en archivos adjuntos a través del contacto de mi web: www.oscarmprieto.com. Las copiaré todas en un pendrive y se lo entregaré a Santa Claus junto con las demás. (Estando Nokia en Finlandia supongo yo que también admitirá estos soportes más modernos).
A los que habéis escrito, os doy mi palabra de que le pediré a Joulupukki, que es así como llaman en Laponia a Santa Claus, que ponga especial atención en vuestras cartas. A los que no la hayáis escrito todavía, os animo a ello. Es un ejercicio de lo más saludable, os sentará muy bien y … si no los pedís, nunca sabréis si se hubieran cumplido o no vuestros deseos. Ya sabéis lo que decían los clásicos: la fortuna favorece a los audaces, a los valientes. A los que se atreven, a los que no se avergüenzan por soñar y no sienten ningún ridículo por perseguir sus sueños. La vida al final es poco más que esto o, dicho de otra manera, esto es lo más vivo de la vida.
Es hora de partir.
Salud