Lo que está pasando con Edward Snowden me tiene completamente perplejo.
No entiendo que, a estas alturas de la jugada, a ese hombre no lo hayan extraditado todavía al país que lo reclama, es decir, a Estados Unidos.
Lo que ha hecho es tan grave que el propio Putin ha insinuado que o se calla la boca, o le largan de allí.
Pero no, el hombre sigue soltando secretos de Estado a diestro y siniestro sin importarle lo más mínimo el daño que está causando a su país, y de paso a todos los países aliados que le están dando credibilidad y con ello extendiendo el malestar hacia la administración de Obama.
Luego entraremos en el contentido de dichas filtraciones.
Pero ya digo, y por supuesto esta es mi opinión, que sean cuales sean esos contenidos, es inadmisible que un agente de la CIA se dedique a contar nada de lo que puedan hacer allí dentro. ¿Os acordáis del contrato de confidencialidad? Todos lo firmamos al entrar a formar parte de una empresa. Seamos o no del todo conscientes de este detalle, siempre hay una cláusula donde se especifica claramente la obligación de no contar según qué cosas durante el tiempo que dure la relación laboral, y también cuando ésta acabe. Independientemente de esta cláusula, está la ética propia del trabajador. Yo he trabajado diez años en un banco, y he tenido acceso por mi trabajo a ciertos datos de clientes. En la vida se me ocurriría utilizar ninguno de esos datos. Tengo amigos que trabajan en banca, en bolsa, en la policía, incluso en el CNI (creo), algunos son jueces o fiscales, médicos, políticos, y cuando estoy con ellos (o ellas) no se les ocurre darme su opinión sobre ciertos temas, porque incluso una opinión por su parte, estaría seguramente mediatizada por datos que conocen y que no pueden revelar. Porque no es ético. Muchas veces, en esas, y otras profesiones, esa ética no está tan clara. Es posible que contemos algunas cosas de nuestras empresas, compañeros o jefes, que no debiéramos. Pero las cosas importantes, las confidenciales, las que pueden dañar a esas empresas, a sus clientes o a sus trabajadores, y que nosotros conocemos porque hemos formado parte de esas empresas, esas cosas importantes todo el mundo sabe que no se deben contar.
Si entras a trabajar en la CIA, estimado señor Snowden, o eres un idiota, o sabes que no vas a colaborar con una ONG. Podías haber decidido dedicar tu vida a trabajar para Amnistía Internacional, es muy lícito, y por supuesto muy loable, pero no, decidiste probar en la CIA. Ya sabemos que mola mucho eso de ser espía. Hemos visto películas, hemos leído libros. Ellos son inteligentes, fuertes, ganan un montón de dinero, su trabajo es apasionante. Viajan, corren peligro, y siempre se acuestan con esa agente especial enemiga que está tan buena. Por tanto la traición está servida. No sólo estás rompiendo el contrato de confidencialidad, sino que encima estás contando secretos de Estado de las manera más dañina, frívola e imprudente. Y lo que es peor, en lugar de hacerlo desde tu país, con un par de huevos, te largas a Hong Kong, que sabes que allí no te pueden pillar. Después te vas a Rusia, y metes en el lío a la Confederación. Los rusos mantienen todavía un poso de antiamericanismo hasta cierto punto lógico sabiendo de donde vienen, así que resulta cuanto menos curioso que hasta Putin no sepa que hacer con él. Y por el camino, todas las rémoras anti americanas corren en su auxilio. Primero Morales, realizando un viaje de postín, desafiando a todas las naciones por encima de las que pasaba su flamante “falcon”, y por último echando las culpas a España por “dudar” de ellos. ¿Cómo no iban a dudar? Señor Morales, ¿crees que a España, o a Francia, o a Italia, le merce la pena arriesgarse a meterse en un conflicto diplomático con Estados Unidos por culpa de tu estupidez? Eres tan tontaina como Maduro, hijo mío, valiente ejercicio de demagogia el que estáis haciendo.
Y mientras, el héroe traidor sigue soltando por la boquita. Desde la zona de nadie de un aeropuerto ruso, amparado por la impunidad de la que goza allí donde no puede ser capturado, el joven irresponsable sigue con su cruzada. Pero no se le puede criticar, claro. Porque lo que está haciendo es muy “guay”. Los progres de pro le alaban, tú lo alabas, los columnistas “independientes” de El País todos con él, Garzón se insinúa, Assange lo ampara…
Extradición YA.
Entrando en el contenido de las filtraciones (aviso que no las conozco al dedillo, estas filtraciones), resulta que Estados Unidos, o la CIA, han hecho escuchas ilegales. Han pinchado embajadas, reuniones, saben todo lo que hacemos, de dónde salimos, adónde vamos, con quién hablamos. ¡Vaya! ¿así que lo saben? Me perdonen, pero a estas alturas, todo el mundo sabe todo de todos. Facebook se empeña en cambiar la privacidad cada mes para que más gente sepa más cosas de nosotros. Gente que no conocemos de nada. Todos nuestros movimientos por internet pueden ser recopilados por cualquier virus no demasiado complejo. Los navegadores guardan esa información en nuestro ordenador. ¿NO lo sabíais? Pues sí. Se llaman cookies, y son la mayor fuente de información para cualquier programa informático, web, e intruso que se decida a pasearse por nuestro ordenador. Pero es legal, señores. Se pueden desactivar, pero nadie lo hace. ¿Y por qué? Porque gracias a esas cookies, podemos navegar mucho más rápido, porque si las webs saben lo que queremos, lo que buscamos, el servicio que nos darán será mucho mejor. Sacrificamos privacidad, pero obtenemos beneficio. Como en Facebook, otra vez. ¿Como en la CIA? Eso ya no lo sé.
Así que la CIA espía conversaciones. Vaya, vaya. Ojo, que con esto no estoy diciendo que eso me parezca bien. No me parece bien, me parece un escándalo. Sobre todo en lo concerniente a embajadas y gobiernos extranjeros. Pero tú, señor Snowden, has entrado en la CIA sabiendo dónde te metías. Ellos, Estados Unidos, es posible que se hayan escudado en eso que llaman “Seguridad Nacional” para infringir un montón de normas internacionales desde la creación de la Agencia. Todos sabemos lo que hizo Estados Unidos en la segunda mitad del siglo veinte con los dictadores sudamericanos, por poner un ejemplo muy claro. Se podrían poner mil ejemplos más. También la inutilidad que demostraron al no detectar el entramado del 11-S. Pero seguramente la labor de la CIA haya sido muy loable en otros mil casos que no se cuentan, o no se saben. En una agencia como esa, o como el CNI en nuestro país, una de las consignas, de las normas más imprescindibles para su funcionamiento, es la discreción. El secreto. Por eso las condenas son tan duras, por eso te “dejan” elegir, como en todas las empresas del mundo. O entras, o no. Pero si entras, te callas. Y si no te gusta lo que ves, te largas.
Ya sé que todo esto que digo es políticamente incorrecto, y la mitad de los que leáis este artículo no vais a estar de acuerdo conmigo (ojalá, discrepemos a gusto), pero me escandaliza la facilidad con la que se encumbra a un traidor. Que además es un cobarde. Renunciar a tu país, a un sueldo de 200 mil dólares y a una novia que te quiere para contar cosas que no debes contar no es ser un héroe, ni un valiente. Ojalá todo esto termine bien, y Snowden y la administración Obama lleguen al mejor acuerdo posible, siempre teniendo en cuenta la gravedad del delito.
Pero no imponiendo tus condiciones a tu gobierno, chico, sino agachando las orejas, y reconociendo el error.
Después ya, si eso, pides plaza en Amnistía Internacional.
Seguro que estarán encantados de tenerte en sus filas.
Un tema delicado… Lo mismo podría decirse de Wikileaks o la revista Mongolia, publicando correos privados de Urdangarín… ¿Dónde está el límite de lo privado… y lo público? Hasta que un día lo vives en tus propias carnes… Jodido, muy jodido.
Bueno, todo es opinable, claro. Me olvidé de hacer alguna referencia más a Assange. Si no me equivoco su delito es haber mostrado ciertos documentos secretos y clasificados. Es decir, su delito es ser el mensajero, no la fuente (repito, puede que me equivoque). Tengo muchas dudas sobre el caso Assange, por eso no quiero posicionarme. Me parece mucho más grave ser la fuente, y mucho más grave aún este caso, teniendo en cuenta dónde trabajaba Snowden. La definición de espionaje es esa, precisamente. Vender información muy delicada de tu país a otro país por dinero o protección, pero es que encima este tío lo está haciendo público. Es más que curioso que los rusos estén protegiendo a una persona como Snowden, cuando ellos, ante la misma situación, no tienen muchas dudas en envenenar a espías, o incluso a periodistas que simplemente han cumplido con su trabajo.
Hola Miguel,
Estoy contigo en gran parte de tus argumentos, pero creo que se te olvida una parte, la CIA o la NSA si manejan determinado tipo de información debería plantearse si es correcto el poner esa información en manos de contratistas, es decir este chico trabajo en la CIA un breve espacio de tiempo de ese periodo parece que poco obtuvo por su puesto de trabajo, el problema viene a partir de 2009 donde empieza a dar saltos por consultoras privadas trabajando para la NSA. Que un país como Estados Unidos ponga la privacidad de sus ciudadanos, instituciones y aliados en manos de empresas de terceros sin gestionar fugas de información como esta creo que es lo que nos debería preocupar del tema. Que me espíen vale, pero que no tenga acceso “too dios” a mi datos. Me consta que conoces perfectamente como funciona este mercado de la tecnología y los problemas que este tipo de modelos de trabajo conllevan, lo cual hace que este modelo no pueda ser útil desde mi punto de vista para determinadas organizaciones.
Saludos!
Desde luego que eso es muy criticable, Matias, estoy de acuerdo contigo. Es responsabilidad de la CIA ocultar esa información con mucho más celo a la gente de fuera, pero si trabajas con ellos mano a mano, de alguna forma creo que también tienes la misma responsabilidad ética que si obtuvieras esa información trabajando directamente en la CIA. Es una cuestión de principios, creo. Y de idiotez, porque si en todo el mundo los únicos que creen en ti son Morales y Maduro, quizás deberías empezar a plantearte que realmente la has cagado.
Buenas tardes Miguel,
Estoy de cuerdo con Matías en que la responsabilidad primera es de la CIA. Tenía claro que cualquier informático de cualquier empresa puede hundirla con un “click” en 0,2…por ellos pasa todo de todos (después creo que van las limpiadoras, que si más de una hablara…)pero a nivel de CIA no lo concibo!. No creo que esto sea tan simple. El problema es que nos faltan datos, al menos a mi y se que jamás llegarán a mis insignificantes oídos; sobre todo los relacionados con la motivación de base del tal Snowden para actuar así. Desde una estrategia o conspiración interna y consentida por a saber cuántos; un trastorno en el que se use cualquier escusa para satisfacer su necesidad personal(no hace ni un siglo que Hitler la lió parda ante la mirada atónita del mundo…no hay nada más peligroso que una Belén Esteban con poder)…hasta haberse prestado para cometer un acto terrorista, adaptando así el modelo de “inmolación” a estos tiempos. Simplificando, lo que más me sorprende es que entren al trapo mandatarios de todo el mundo y que un chaval de 30 años les quite el sueño, con lo rápido que te pillan cuando pisas más de la cuenta el acelerador.
Queda en evidencia que aún no se ha inventado nada que controle los impulsos humanos ni un baremo para consensuar los límites entre lo privado y lo público. Ahí estoy de acuerdo con Miguel en que todavía la moral es la que impera, lamentablemente con precio cada vez más bajo y entendida desde quién sabe qué filosofía, religión o dinero. Hay que ponerse las pilas y encontrar medios objetivos para vigilar al vigilante…que al menos en éste país todavía no se ha encontrado, aunque haya muchos que cobran por ello.
Bueno, Rosa, la motivación yo entiendo que es una especie de falso idealismo, o lo que dices tú de satisfacer una necesidad personal, ya que si fuera por dinero pues lo habría vendido directamente a otro país, y no parece un tipo que se venda por dinero. Sobre lo que comentas de la CIA, digo lo mismo que le dije a Matías, no tengo datos, y de cualquier forma estoy de acuerdo en que habrán cometido fallos, en este caso y en otros, de control en el acceso a la información confidencial. Es posible que pudieran controlar mucho mejor quién tiene acceso a esta información, en eso pueden tener culpa, pero de cualquier forma el que revela esa información es el máximo responsable, a mi juicio.
Un saludo!! Veremos que pasa, que sigue habiendo mucho movimiento con este tema. Ahora por lo visto ha pedido asilo a Rusia a cambio de quedarse callado, aunque no está confirmado.
He leido Miguel Abollado – Snowden, el Traidor Incomprendido con mucho interes y me ha parecido didactico ademas de bien redactado. No dejeis de cuidar este blog es muy bueno.
Pues gracias 😉 y me alegro de que te guste el Blog. un saludo!