“Hacía un par de minutos que acabábamos de echar un polvo. Los suficientes para ir al baño, quitarme el preservativo, echar un meo, lavarme las manos y acostarme de nuevo junto a ella. Aún sudando. Todavía empalmado. Las sábanas húmedas. La almohada empapada… Y el colchón mojado. Cerré los ojos, acompasando mi respiración a la