La satisfacción por entrar en una sala a rebosar para ver esta película española semanas después de su estreno es inversamente proporcional a la admiración que siento por si director, Emilio Martínez Lázaro. Porque contando con un guión divertido (Borja Cobeaga mola aunque no sea Richard Curtis), un Karra Elejalde enorme (lo ha sido siempre),