Por mucho que digan, la cosa se está poniendo chunga. Chunga de cojones. Pero llega un momento en que, ante semejante bombardeo de desgracias ajenas, son muchos, salvo los que ya están sumergidos bajo toneladas de mierda, quienes actúan como si nada. Unos, intentando llevar una vida normal. Otros, los más afortunados, continuando con la