Da igual que creciéramos con las desgracias de Kunta Kinte en Raíces. Los cristianos de Ben – Hur. O los judíos de Wishenthal. Da igual lo que sufrió Espartaco. Los indios de La selva esmeralda. O que La lista de Schindler no tuviese más de 1200 nombres. No importa haber sido testigo de cómo Arde Misisipi.