Un policía con una turbia sombra sobre su cogote atendiendo el teléfono de emergencias. Una llamada. La VOZ entrecortada de una MUJER. Un presunto secuestro. Y 85 minutos en tiempo real marcados por el suspense, la tensión y unos giros que te vuelan la cabeza. Todo un ejercicio de estilo milimétricamente calculado en el que










