Fue la primera que conseguí publicar, y también de las primeras que escribí, cuando apenas tenía veintipocos, cuando los sueños cultivados desde la infancia y sobredimensionados en la adolescencia empezaban a darse de bruces con la realidad, cuando la ilusión cedía al desengaño y la rabia comenzaba a vapulear cualquier atisbo de inocencia… “Desesperación, representada