– Tío, ¿no es ése el himno del Madrid?- le pregunté a mi hermano en un susurro. – Qué va… Es el himno de la alegría. Dos segundos más y lo tuve claro: – Joder… Nos miramos a los ojos y dijimos a la par: – Es el himno de España. No fue el insturmento
– Tío, ¿no es ése el himno del Madrid?- le pregunté a mi hermano en un susurro. – Qué va… Es el himno de la alegría. Dos segundos más y lo tuve claro: – Joder… Nos miramos a los ojos y dijimos a la par: – Es el himno de España. No fue el insturmento