Cuando Tarantino dijo aquello de que los 80 es la peor década de la historia del cine quizá no tuvo en cuenta que precisamente en esos brillantes años aparece un nuevo género: las BUDDY MOVIES, o películas de colegas, principalmente ligadas al policíaco. En ellas, dos personajes diametralmente opuestos se ven obligados a soportarse para resolver un caso. Películas que combinan a la perfección acción y comedia y cuyo referente más inmediato serían Paul Newman y Robert Redford en DOS HOMBRES Y UN DESTINO (George Roy Hill, 1969). Allí eran dos forajidos, pero en los ochenta, además de policías, las parejas pueden estar formadas por un poli y un delincuente, un testigo protegido, un perro… o incluso un extraterrestre. Vamos al lío…
En 1986 se estrena APUNTA, DISPARA y CORRE, dirigida por Peter Hyams (Capricornio Uno, Atmósfera Cero), con Billy Cristal (Cuando Harry encontró a Sally) y Gregory Hines (Noches de sol). En ella, dos policías deciden retirarse y montar un bar, pero antes quieren cerrar un caso pendiente. Una película con acción, humor y un reparto de lujo, ya que los protagonistas están acompañados de Steven Bauer (Scarface), Joe Pantoliano (Matrix), Dan Hedaya (Alien: resurrection) y Jimmy Smits (La ley de Los ángeles).
Uno de los mayores éxitos del género llega un año después con ARMA LETAL (Richard Donner, 1987). Un policía tradicional y cerca de la jubilación, el sargento Murtaugh (Danny Glover) se ve obligado a trabajar con el impredecible, violento y con tendencias suicidas Riggs (Mel Gibson) para resolver un asesinato. La tensión inicial terminará forjando una gran amistad en la que Riggs, muy tocado desde la muerte de su esposa, escuentra en la de Murtaugh una nueva familia. Acción, chistes, pinceladas de drama y una perfecto villano encarnado por Gary Busey (Le llaman Bodhi) hicieron de la peli un éxito con varias secuelas (1989, 1992 y 1998) que, solo en estados unidos, vendieron más de 116 millones de entradas. En principio, una quinta parte se estrenaría en 2026…
Ese mismo año se estrena PROCEDIMIENTO ILEGAL, de John Badham (Juegos de guerra). Dos policías, Chris, interpretado por Richard Dreyfuss (Encuentros en la tercera fase) y Bill, a quien da vida Emilio Estévez (Arma joven), deben vigilar durante las noches a María (Madeline Stowe), una testigo protegida para detener a al delincuente de su marido interpretado por Aidan Quinn. ¿El problema? Chris rompe las reglas y no solo conoce a María sino que, además, se enamora de ella. Tendrá que evitar que los compañeros que la vigilan durante el día descubran el romance al tiempo que la protege de su marido, que tiene toda la intención de matarla para que no testifique contra él. De nuevo, comedia y acción se dan de la mano de un película más que entretenida.
En 1988, se estrena DANKO: CALOR ROJO, dirigida por el gran Walter Hill (The Warriors). Aquí, los dos personajes opuestos son el detective de la policía de Chicago Art (Jim Belushi) y el capitán de la policía soviética Danko (Arnold Schwarzenegger). Tendrán que trabajar juntos para capturar a un sanguinario narcotraficante ruso que ha escapado a Estados Unidos para huir de la ley rusa y seguir con su negocio. Por un lado, la improvisación, mala praxis en pos de la justicia y chistes malos de Belushi. Por el otro, la ortodoxia, dureza y dificultad idiomática de Schwarzenegger. Un cóctel explosivo que, además, se convierte en la primera película americana que obtuvo permiso para filmar en la Plaza Roja de Moscú.
Al año siguiente llega TANGO Y CASH, de Andréi Konchalovski (El tren del infierno) y protagonizada por Sylvester Stallone y Kurt Russell. El primero, un elegante policía que se dedica a las inversiones y está forrado de pasta. El segundo, un macarra. Juntos se ven envueltos en una trama de drogas y contrabando de armas para cazar al malvado de turno, en este caso interpretado por el gran Jack Palance. Una película plagada de acción y humor, de esas en las que pasan un montón de cosas (cada uno tiene un caso, les traicionan, les meten en la cárcel, se escapan…) y que estuvo a punto de tener a Patrick Swayze en el papel de Cash.
Pero no sólo de dos policías viven las buddy movies ochenteras. En ocasiones, el poli tiene que recurrir al otro lado de la ley para resolver un caso, como en LÍMITE 48 HORAS (1982, Walter Hill). Aquí, el rudo policía se llama Jack y lo interpreta Nick Nolte (El príncipe de las mareas) y tiene que recurrir a un charlatán y timador convicto, Reggie (interpretado por Eddie Murphy en su primera película tras ser un cómico brillante en el Sataruday Night Live) para detener a dos asesinos. Eso sí, Reggie solo podrá estar 48 horas fuera de la cárcel. 48 horas donde, de nuevo, dos personalidades totalmente opuestas están obligadas a entenderse a base de puñetazos, chistes y tiroteos. Tuvo una secuela, 48 HORAS MÁS (1990).
En 1988 se estrena HUIDA A LA MEDIANOCHE, de Martin Brest (Superdetective en Hollywood). Aquí es un cazarrecompensas interpretado por Robert de Niro el que tendrá que colaborar, muy a su pesar con ‘El Duque’ (Charles Grodin), su última presa, un contable que malversó 15 millones de dólares de un jefe de la mafia y que es el testigo princial para meterlo entre rejas. Una comedia de acción digna de ver que, además, obtuvo dos nominaciones a los Globos de Oro (mejor comedia o musical y mejor actor de comedia o musical para Robert de Niro) y se llevó el premio al mejor actor para Charles Grodin en la Seminci de Valladolid.
En año siguiente, 1989, es el turno de darle la vuelta a la tortilla y el compañero del policía se convierte en… un perro. Nos referimos a SOCIOS Y SABUESOS, dirigida por Roger Spotyiswoode (Bajo el fuego, 1983) y con Tom Hanks interpretando a un policía que, para resolver el asesinato de un amigo, forma dupla con el perro de éste, un agresivo dogo de Burdeos llamado Hooch que, además de destrozarle la casa y dejársela llena de babas, se convertirá en su mejor amigo y ayudante para resolver el caso. Algo parecido le sucede al detective Dooley (Jim Balushi) en SUPERAGENTE K9. Al tener que resolver un caso de drogas, su jefe le hace entrega de un perro policía de raza pastor alemán especialmente adiestrado para la detección de estupefacientes. Como es de suponer, a Dooley no le hacen mucha gracia los perros. Pero los dos acabarán siendo, como no, uña y carne.
Y para terminar, la buddy movie más original de los ochenta, HIDDEN: LO OCULTO (Jack Sholder, 1987). Una joya de la serie B que tanto se echa de menos en los tiempos que corren, con Kyle MacLachlan (el agente Cooper de Twin Peaks) dando vida a un extraterrestre camuflado en el cuerpo de un humano, y que se hace pasar por policía para capturar a un delincuente de su planeta, un parásito que se introduce en un cuerpo humano hasta absorber toda su energía y necesitar otro nuevo a quien, además, le gusta el heavy metal y los coches deportivos caros. Su compañero, un policía de verdad, interpretado por Michael Nouri (Flashdance). Y hasta aquí puedo leer, que esta película se merece un post para ella sola.
¡Si recordáis alguna otra BUDDY MOVIE de los 80, no dudéis en dejar vuestros comentarios!