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EL HOYO 2: SALTO A LA NADA

2019: el director, Galder Gaztelu-Urrutia y los guionistas David Desola y Pedro Rivero, estrenaban EL HOYO, una excelente película que volvía a poner a España (y Europa) en la vanguardia del cine de terror y ciencia ficción más allá de los manierismos de Hollywood. La premisa, tan brillante como estremecedora: una especie de prisión donde la comida en grandes cantidades se sirve en el nivel superior (cada uno habitado por dos “reclusos”) y que, en una plataforma, va descendiendo, asistiendo al voraz apetito de los habitantes de cada nivel, dejando cada vez menos comida a los que sobreviven en los inferiores. Su tremenda puesta en escena y efectos especiales le proporcionaron  premios y fue todo un éxito de crítica y público. Suficiente acicate para, cinco años después, lanzar una segunda parte. Y entonces, empiezan los problemas…

La ficción es un juego. De una puerta que se abre para que luego lo hagan otras, sótanos, desvanes, ventanas… pero siempre dentro de la misma casa. La misma historia, y luego hay que saber cerrarlas. Lo fácil es abrirlas, como hizo Lost (2004 – 2010). Lo difícil es cerrarlas. Que fue lo que la serie de J.J. Abrams no supo hacer. Recurriendo a un desenlace más visto que el tebeo como decepcionante, están todos muertos.

¿Qué hace EL HOYO 2? Seguir abriendo puertas sin cerrar ninguna. En espera de una tercera parte que dé alguna respuesta pero, teniendo en cuenta lo más grave, nunca fue concebida como una trilogía, de modo que todo hay que inventarlo sobre la marcha. Y lo más grave, sacándose ases de la manga que nada tienen que ver con el producto original máxime cuando el director, Galder Gaztelu-Urrutia, dice que no es una secuela, sino una precuela. ¿Entonces? ¿Es avanzar marcha atrás, poniendo mentiras del pasado que no estaban el presente y, por consiguiente, desaparecieron en la original por arte de magia y a las que quieres añadir más en el futuro?

EL HOYO 2 es un mal truco de prestidigitador. Que dice ofrecer respuestas en una posible nueva entrega, es decir, estirar el chicle, sólo si los beneficios de la segunda le brindan esa oportunidad. Una TRAICIÓN al público que, además, viene dada de la necesidad de explicar, a nosotros, pobres espectadores, el final y significado de su obra. Una película se explica por sí misma. O la explica el criterio de quienes la ven. No habría nada más ridículo que escuchar David Lynch explicar Mulholland Drive (2001). No es tan estúpido por el hecho de no tratar al público como tal. Desafortunadamente, Galder Gaztelu-Urrutia, y por mucho que lo pretendas, tu película no es tan “intelectual”. No es “arte y ensayo”. Es lo que es. Lo que era y has convertido en una orgía de sangre, vómitos, miembros desmembrados y canibalismo sin sentido. Una simple provocación más propia de Gaspar Noé (Irreversible) que de Martyrs (2008, Pascal Laugier). Ya lo demostró Ridley Scott en Alien (1979), el horror se sugiere. El efecto se multiplica en comparación con mostrarlo. Porque una vez lo enseñas, el público se insensibiliza ante lo que vendrá después. A no ser, claro, que tu objetivo sea otro, como en la saga Saw. Que no son pelis de terror, sino comedias. Pero tú vas de intelectual. Y tu peli, de crítica social. Puede que la primera lo fuera. Pero EL HOYO 2 es un ejercicio de estropear algo magnífico. Y es una pena.

Galder Gaztelu-Urrutia, David Desola y Pedro Rivero, tenéis un gran talento. Eso nadie lo pone en duda. La pregunta es, ¿por qué no lo aprovecháis para nuevas y originales propuestas? ¿Por qué caéis en ese mal tan extendido de volver sobre lo mismo?

 
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8 de respuestas

  1. Pedro Rivero

    Ya que nos aludes personalmente, no sentimos ni que hemos traicionado a nadie ni que hemos tratado de estúpido al público. Hemos practicado un juego narrativo en el que abrimos efectivamente más preguntas y reflexiones ahondando en la temática de la primera película. Hay quienes han sabido ver las referencias y las propuestas que planteamos en cada una de sus fases, y hay quienes no han querido verlas, tal vez frustrados porque esperaban respuestas. Respuestas superficiales y factuales, sería fácil darlas; respuestas a las cuestiones morales que plantea el argumento, hubiese sido presuntuoso y estúpido tratar de darlas. La ciencia y el conocimiento, y en buena medida el arte, no consisten en tener esas respuestas, sino en saber formular las preguntas adecuadas. Seguiremos en ello. Gracias por considerar que tenemos un gran talento.

    • juanluismarin

      Gracias por tu comentario. Y os aludí porque sois los creadores, no como algo personal pues, obviamente no os conozco más allá de vuestro trabajo. En cualquier caso, puede que tengas razón cuando dices “la ciencia y el conocimiento, y en buena medida el arte, no consisten en tener esas respuestas, sino en saber formular las preguntas adecuadas”. Pero mi reflexión es la que argumenté: narrativamente hablando es muy fácil hacer preguntas, abrir puertas como yo lo llamo. Lo complicado en cerrarlas. Y cuando las abres en una primera peli y las continúas abriendo en la segunda sin cerrar ninguna, obviamente se genera frustración en el espectador que, quizá, lo que necesita es lo clásico: introducción, nudo y desenlace. Y ahí surge la duda: ¿no se dan respuestas porque no se quieren dar… o porque no se saben dar unas buenas dadas las expectativas creadas? De ahí el ejemplo de Lost. Espero que tengáis éxito para ver qué hacéis en una tercera entrega. Y no considero que tengáis talento. Lo sé. Por eso espero que lo pongáis al servicio de otra historia, para ver de qué sois capaces más allá de El hoyo. Sé que es difícil, y que muchas de vuestras decisiones no son sólo vuestras sino de aquéllos para quienes trabajáis y que, habitualmente, si algo funciona, quieren exprimirlo al máximo. Un saludo y, de nuevo, gracias por tu respuesta al post.

      • Pedro Rivero

        Creo que cualquiera puede entender que no somos responsables de las expectativas que puedan tener los espectadores más allá de las que plantean las propias películas. Se pueden tener dudas sobre lo que hemos hecho o queremos hacer, pero calificar la secuela como un “salto a la nada” o que es “un mal truco de prestidigitador”, que pretende “estirar el chicle” o que es “una orgía de sangre (…) sin sentido” o “un ejercicio de estropear algo magnífico” sí que manifiesta una ausencia de voluntad para analizar lo que la película ofrece, despachándose con ella como cualquier opinador enfadado, llegando incluso a una desafortunada alusión personal al director diciendo que “va de intelectual” y que considero muy irrespetuosa y totalmente injusta con él. Creo que la exposición que haces acerca de los problemas que puede tener una secuela no necesita de tales descalificaciones.

        • juanluismarin

          Son opiniones que doy por un resultado que, como en la segunda del Joker, ha decepcionado a mucha gente. Ñas “descalificaciones” como tú las llamas, nunca son personales, como digo, no os conozco, sino profesionales en base a vuestro trabajo, que es lo que se valora. Opino q

        • juanluismarin

          No descalifico, opino. Y no lo hago a nivel personal, como ya hemos dicho, no os conozco, sino a nivel profesional, que es lo que se ve. Y lo hago como espectador y como periodista. No estoy enfadado. En ese caso no sería profesional. Solo decepcionado, repito, como espectador y crítico especializado que soy. Ahora escribo aquí, pero antes lo he hecho en televisión, radio y prensa especializada. No descalifico. Opino. Que es lo que se hace en un artículo de opinión. Como me enseñaron en la facultad: las opiniones son libres, los hechos son sagrados. Yo expongo mi opinión. Y lo hago con argumentos, no basándome en la nada. Mis comentarios, un “salto a la nada”, “un mal truco de prestidigitador”, “estirar el chicle”, “una orgía de sangre (…) sin sentido” o “un ejercicio de estropear algo magnífico” es mi opinión hacia un trabajo profesional. Tomárselo por lo personal es un error del que no soy culpable. Lo dicho. Creo que sois grandes cineastas. Que tenéis mucho que aportar a nuestro cine. Pero, repito, las películas, como las novelas, que también publico profesionalmente, deben explicarse por sí solas. Y dar a entender que un espectador, o lector, no ha entendido nuestra visión o, lo que es peor, que no ha querido entenderla, no es un ejercicio de humildad, sino de ego. El público no es estúpido. Es el que paga nuestro trabajo. Y tiene todo el derecho del mundo a criticarnos. Y si no entiende nuestro trabajo es que quizá no nos hemos explicado bien. En definitiva, no hemos hecho bien nuestro curro. Y, por lo que he leído, no soy el único decepcionado con El hoyo 2. Los hay que os atacan con odio. No es mi estilo. Y si has encontrado odio en mis argumentos es que no me he explicado bien. De nuevo, agradezco tus comentarios. Y, de nuevo, creo que tenéis mucho talento y me gustaría ver cómo lo desarrolláis fuera de El Hoyo. Por favor, son seáis otro Segura-Torrente, Cameron-Avatar o Jackson-El señor de los anillos.

          • Pedro Rivero

            Juan Luis, me ha parecido interesante cuando comienzas señalando los problemas que puede causar en los espectadores la ausencia de respuestas satisfactorias en algunas historias y narraciones como en el caso de “Lost”, pero sobre el resto de tu artículo no consideraría que has incurrido en descalificaciones si hubiera encontrado argumentaciones para las que tú dices ser opiniones sobre nuestra película. Creo que recurres con mucha facilidad a la hipérbole rozando más el amarillismo que lo que podríamos esperar de un artículo de opinión crítica, si ésa era tu intención (¿a la nada? ¿traición?…). Por supuesto que hay opiniones en todos los sentidos y asumimos que la película puede no ser del gusto de muchos espectadores, igual que no lo fue la primera, pero estamos muy satisfechos con el trabajo que hemos hecho, y estamos encontrando que no lo hemos debido realizar tan mal cuando la película ha suscitado tantas reacciones y debate y parece haber sido apreciada por al menos la mitad de los más de veinte millones de personas que la vieron en sus tres primeros días. Sabemos dónde estamos y lo que hemos querido hacer, y no creo que deba ser motivo de censura que queramos continuar explorando el universo de las dos películas en otra más si tenemos la oportunidad de hacerlo. ¿Cuántos grandes nombres y superproducciones se han lanzado a abrir sagas que no han podido cerrar? Pero parece que nosotros hubiésemos cometido un crimen… Cuando leemos opiniones fundamentadas, del signo que sean, nos pueden llevar a cuestionar lo que hemos hecho, pero, en este caso, en el que nos has aludido directamente sobre lo que debemos hacer o no en nuestra carrera, creo que debes reflexionar sobre que algunas de esas hipérboles no son nada amistosas y que dudar de la honestidad de nuestras intenciones y en especial de la del director sí es una descalificación. Y decir esto creo que no contradice en nada lo que te enseñaran en la facultad, porque estás entrando -espero que sin querer hacerlo- en dar como hechos ciertos las que son tus impresiones.

          • juanluismarin

            Lo dicho: mucha suerte.

          • juanluismarin

            Por cierto, como diría Hannibal Lecter: quid procuo. Me gustaría hacerte llevar una de mis novelas, MALDITA NOSTALGIA, para conocer tu opinión. Se llevó la idea de una serie a una plataforma, con el respaldo de una productora, pero dijeron que la mezcla “cine negro” y “terror” no les había cuajado nunca y no la repetirían. Te la pasaría encantado.

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