Cambiamos totalmente de tercio para continuar cerrándole la bocaza a Tarantino cuando dijo aquello de que “la década de los 80 es la peor de la historia del cine”. En esta ocasión lo hacemos con una película de animación, AKIRA (1989) una película japonesa que supuso un boom internacional del manga y que dio un bofetón a las películas de animación de la época, comandadas con un Disney a la deriva, infantilizado y sin ideas. Una película que supuso una revolución en las técnicas de la animación en los albores de la época de la digital. Una obra maestra de ciberpunk con sangre y acción a borbotones, neones, motos y violencia desorbitada, crítica social y política, leyendas y mitología nipona que te deja la boca más abierta que a La máscara, los ojos más salidos de las órbita que a Bitelchús y dando palmas con las orejas por un espectáculo visual sin precedentes hasta la fecha, inspiración de películas de acción real posteriores y referente del buen cine que se hizo en una década, muy a pesar del bueno de Quentin, gloriosa.
Dirigida y escrita por Katsuhiro Otomo, autor de la novela gráfica en que se basa, una obra extensa en varios volúmenes y que para entonces aun no había terminado, AKIRA , la peli se ambienta en Neo Tokio en 2019, una ciudad que sucumbió a una guerra nuclear y que, como dice su tag line, “is about to explode” (está a punto a de explotar). Kaneda, un adolescente rebelde que lidera una banda de motoristas se ve envuelto en una conspiración del gobierno que pretende desatar de nuevo el horror de la mano de terribles experimentos con humanos a través de una “resistencia” que se opone a la opresión que las fuerzas armadas y policiales ejercen sobre la sociedad y que, consciente de lo que lo que están tramado, trazan un plan para sabotear dichos experimentos con la ferviente creencia de que lo que harán será desencadenar un nuevo holocausto nuclear… o peor.
De nuevo, cuanto menos sepáis de la trama para sorprenderos a cada paso que avanza, AKIRA es una demostración de pulso narrativo y técnicas de animación que la hacen única, con una “batalla” motera entre la banda de Kaneda y la de los “payasos” que ya es historia del cine, y eso solo el comienzo del filme.
Tarantino, bebiste del cine nipón para tus Kill Bill, pero pareces desconocer esta maravilla. Cierra la boca, porque el buen cine no apareció en los 90 con tus películas. Formas parte de la historia del cine. Por eso no debes menospreciarla.
