Facebook Twitter Gplus YouTube RSS
magnify
formats

ESTALLIDO

Te mueres sangrando como un cerdo.

Por la boca y por el recto.

Lo que genera un shock en tu organismo.

Y a las dos semanas… estás muerto.

No hay cura, ni vacuna, ni hostias.

Si lo pillas, tienes un 90% de probabilidades de palmarla.

Después de sufrir un calvario de vómitos incontrolables, diarrea sangrienta, dolor de cabeza, mareos y dificultades respiratorias.

Se llama ébola. Fue identificado por primera vez en 1976, en lo que va de año se ha cobrado 729 víctimas mortales y ha infectado a 1300 persona más en República Democrática del Congo, Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona.

Por ahora…

Porque con un período de incubación de entre 2 y 21 días y síntomas tan comunes como fiebre, debilidad y dolor muscular y de cabeza (¿quién no los ha tenido más de una vez, y dos, y tres…?), la enfermedad podría dar el salto al mundo “civilizado” en menos que canta un gallo.

Incluso ha muerto Samuel Brisbane, uno de los médicos que trataba de controlar el brote (la primera vez que sucede). Y otros dos médicos norteamericanos han sido infectados. Los han evacuado a a Estados Unidos. Un país que ahora dice impulsar por vía de urgencia una vacuna experimental. A buenas horas mangas verdes…

Claro que, lo que ocurra en África les importa tres cojones… es el miedo a lo que pase con los suyos lo que se los ha puesto de corbata.

Y el gobierno de España fija como puntos de riesgo las fronteras de Ceuta y Melilla…

Esa puta valla…

Y la inmigración ilegal.

De momento nos dicen que el contagio se produce a través del contacto directo con sangre, secreciones, tejidos, órganos y otros fluidos corporales de personas infectadas.

Vivas…

O muertas.

También por el contacto con animales infectados.

Vivos…

O muertos.

Si esto fuera una película los malos le dirían al protagonista que se relaje, que todo está bajo control.

Y el protagonista diría:

– Ya no. El virus ha mutado. Es como un aerosol que flota en el aire. Que te infecta con solo respirarlo.

Pero esto no es una película, sino la vida real…

O lo que es lo mismo:

Peor.

Mucho peor.

Amantes de los apocalipsis… frotaos las manos.

Este bien podría ser el comienzo de uno. Lástima que nos pille en plenas vacaciones.

Aunque podría ser en plena campaña electoral, en pleno Mundial, en plena borrachera o su posterior resaca…

En plena depresión.

Paseando al perro.

Echando un polvo.

O, qué coño, tocándote los huevos en el sofá…

Porque siempre hay cosas más importantes de las que preocuparse.

Hasta que un buen día tengas fiebre y estornudes a otro en la cara.

Ya veréis qué risas…

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *