No son un grupo de música.
Aunque también se les conozca como CP5.
Que no es lo mismo que 50cent.
Aunque también sean negros.
Que no es lo mismo que delincuentes.
Y adolescentes cuando les llegó la fama.
Pero no por eso estúpidos… que no todos son Justin Bieber.
Eso sí, a ellos se la metieron doblada.
A los 5.
De la mañana y de la tarde.
Anton McCray, Raymond Santana, Kevin Richardson, Yusef Salam y Kharey Wise tenían entre 14 y 16 años cuando fueron condenados a 16 años de prisión cada uno por un delito que no habían cometido.
Sí, como El Equipo A.
Pero a lo bestia.
Porque la policía les debió de sacar a hostias, solo así se explica que los 5 confesaran tras horas de interrogatorio, que habían violado y dado una paliza por la que casi muere desangrada a Trisha Meili, una ejecutiva que salió a hacer ejercicio por Central Park sin saber que se encontraría con alguien que también quería hacerlo… con ella como sparring.
El delito se cometió en 1989. Un año después, los metieron en el trullo. Y en 2002 la policía dio con el auténtico culpable: un asesino y violador de carrera llamado Matías Reyes.
Estamos en 2014. Uno de los 5 pasó 13 años entre rejas. Los otros, 7. Y es ahora, 25 años después de toda la movida cuando la alcaldía de New York, New York decide compensar a cada uno con un millón de dólares por cada año injustamente encarcelado.
Efectivamente… les ha tocado la lotería…
Otra vez.
Porque, de momento, es ésa la única forma que encontramos para compensar una injusticia: untarte de pasta. Y a quien se le ocurra otra mejor, que la exponga, estaremos todos ansiosos por oírla.
Porque hay miles de casos parecidos al de los CP5 a cuyos protagonistas no les dieron ni para pipas, solo para un billete de autobús que los llevara de vuelta a casa. O ni eso… como a los de El crimen de Cuenca.
Y porque ese dinero es suyo y pueden hacer con él lo que les salga de los cojones. Aunque no vaya a devolverles el tiempo perdido… ni muchísimo menos la virginidad de sus culos.
Quizá colaboren con alguna ONG o asociación, quizá donen parte de la pasta o construyan un albergue para proyectos de delincuente. Porque 41 millones de dólares seguro que dan para mucho.
Y de 7 a 13 años en prisión… también.
Por eso no juego a la lotería.
Bastante tengo con la de la puta vida…
Nunca sabes qué te puede tocar.