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Así se hizo ISLA PERPETUA

Corría el año 2000. Había regresado de la que fue mi primera gran aventura, 5 meses trabajando en Richmond (Estados Unidos) y mi cabeza maquinó una novela en la que un numeroso grupo de estudiantes internacionales iba a trabajar a un parque de atracciones en tierras lejanas y se enfrentaba a una misteriosa ola de desapariciones y muertes en extrañas circunstancias que estaban relacionadas con el hecho de que en el lugar en que se encontraban… era imposible conseguir preservativos (y hasta aquí puedo leer).

Conecté aquel argumento con un nombre soñado tiempo atrás: ISLA PERPETUA. Y convertí el parque de atracciones, el Paramount King’s Dominion de Richmond, en un parque temático para ricos que ocupaba toda una isla imaginaria cerca de la Nantucket de Moby Dick.

Pasaron los años y en 2009 y 2010 tuve la oportunidad de subdirigir Supervivientes, primero en Honduras y después en Nicaragua. En ésta última edición vivimos durante 4 meses en una isla de apenas doce kilómetros cuadrados: Corn Island. Y entonces supe que había descubierto la auténtica ISLA PERPETUA. El lugar idóneo para enmarcar todas las aventuras ideadas más de 10 años atrás y que incluiría una nueva: cómo se hace el programa más GRANDE de la televisión.

Es la novela más larga que he escrito y, curiosamente, la que menos tiempo me ha llevado escribir: nueve meses. Porque todo encajaba perfectamente. Y la nueva ubicación de la isla, en un rincón del Caribe, me permitía recurrir a los piratas que surcaron sus aguas durante décadas, los tesoros que reunieron… y los millones de africanos que fueron llevados como esclavos al Nuevo Mundo para su conquista.

También hay asesinatos, canibalismo, romance, tráfico de drogas, sexo… incluso la historia de un soldado de élite que desertó de las fuerzas de la ONU después de acabar en Sarajevo con la vida de un francotirador… que resultó ser una niña.

Muchos me han preguntado qué hay de verdad en las páginas de ISLA PERPETUA. Y siempre respondo lo mismo: confesarlo sería como que un mago desvelara el truco de su número estrella. Tan inapropiado como, quizá, decepcionante.

Aún así os diré algo que sí es cierto: los lazos que unen a quienes vivimos una experiencia profesional como ésta, con todo lo que implica, son únicos. Porque compartimos infinidad de emociones que nos convierten en familia. Que me recuerda a lo que veíamos de pequeños en las películas “de guerra”.

Por eso ISLA PERPETUA está dedicada a ellos:

Los auténticos SUPERVIVIENTES.

Un auténtico ejército…

(¡No te pierdas el book trailer!)

 

 
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2 de respuestas

  1. Nuria

    por favor, por favor, por favor, no cuentes NUNCA lo que sí y lo que no pasó, que cada uno de tus lectores lo interpretemos en nuestras mentes, esa magia de tus novelas no nos la puedes desvelar!!
    y sigue escribiendo TAN BIEN como lo haces ahora (perder la noción del tiempo leyéndote, es lo más!!)
    por muuuuchos años más!!

  2. 1761. Un barco negrero francés naufraga en un islote de un kilómetro cuadrado sin comida ni agua, donde abandona su carga de sesenta esclavos. Quince años más tarde, otro barco regresa al islote. Atrévete a imaginar. Hay realidades que superan, en morbo, a muchas de las ficciones. Tromelin, la isla de los esclavos olvidados: http://wp.me/p2VN1W-7A

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