Khondie Sizwe fue un estudiante y activista negro que murió quemado vivo mientras sus asesinos, a su lado y en plena barbacoa, disfrutaban de unas salchichas y unas cervecitas. Gracias a la retorcida mente de Dirk Coetzee, creador en 1981 de Vlakplaas, un grupo especial de la policía sudafricana que se dedicaba a eliminar a todos los enemigos del apartheid. O lo que es lo mismo, un pedazo de cabrón. Que ha muerto con 67 años. Y fue perdonado por la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, idea del arzobispo y Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu. Coetzee se acogió a dicha Comisión, testificó, pidió perdón… y acabó trabajando para los servicios de espionaje del CNA, partido de Nelson Mandela, otra víctima del apartheid que se pasó 27 años en la cárcel antes de convertirse en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente. Y negro.
Para muchos, Coetzee es un ejemplo de perdón y redención. Porque su testimonio sirvió para esclarecer algunos crímenes cometidos durante ese período tan oscuro de la historia sudafricana. Tanto como para ser víctima de un intento de asesinato a manos de uno de sus ex colegas. Por irse de la lengua. Y ahora se ha muerto por una insuficiencia hepática. Porque la cerebral le venía de nacimiento. ¿O fue educativa?
“Al principio el olor era muy similar al de una parrilla normal”, contaba sobre el momento en que Sizwe ardía vivo mientras él saboreaba una birra helada junto a sus camaradas, “pero al final, lo único que escuché fue que los huesos estaban ardiendo”. Ostia puta.
Ha sido necesario que Coetzee palmara para enterarme de esto. Joder. El mundo es condenadamente grande. Y está repleto de historias condenadamente jodidas. Esta corresponde a algo de lo que el cine me enseñó algo, sobre todo el Grita Libertad de Richard Attenborough. Y ha sido necesario volver al cine para encontrar otro retazo de historia sudafricana coincidente en el tiempo con aquélla. Pero esta vez resaltando unos valores diametralmente opuestos. Los de un hombre que inspiró con su música la lucha contra ese sistema racista y represivo… desde los Estados Unidos. Con apellido español. Y lo que es mejor, sin saberlo.
¿Recordáis la última vez que al término de una proyección el público, vosotros incluidos, se puso a aplaudir con los ojos bañados en lágrimas y una sonrisa de felicidad en los labios? Pues ha vuelto a suceder. La culpable es Searching for Sugar Man, ganadora este año del Oscar al Mejor Documental. Es preferible que nos os cuente nada más de ella. Para que vayáis a verla. Y flipéis en colores.
No hay nada mejor que encontrar algo sin buscarlo.
De primeras, así es como uno se enamora.
Y no hay sentimiento mejor que ese.
Me pregunto si algún día se darán cuenta de eso todos los pedazo de cabrones que, como Dirk Coetzee, poblaron, pueblan y poblarán este mundo.
Sí, Rodríguez…
I Wonder…
Qué pena y que mal trago, que aún con tantos adelantos y más información ,sabemos que noticias así no tendrían que existir, igual seas negro, o más moreno o blanco como la leche, es una pena que lo que llamamos condición humana se pierda en manos de personas que acuchillán, o eliminán a otros porque sí, tenemos que caminar cada día para lograr un mundo de paz, porque debemos aprender que podemos cambiar la realidad, siempre con la palabra paz…de lo contrario se condena a volver a repetir actos así, por gente que se escapa de la justica y es capaz de engañar a otros en su percepción del mismo.
Es la historia de Rodríguez la que debe enseñarnos a tener un poquito de fe en que esto, lo llames como lo llames (vida, mundo, ser humano…), también esconde cosas que merecen la pena.
Macho, te estás americanizando: “disfrutaba una birra helada”, “El mundo es condenadamente grande. Y está repleto de historias condenadamente jodidas”. Jajaja! Sólo te falta poner, Mike, al final de estas frases y ya hablarías como el capitán de la caballería aérea (Robert Duvall) en Apocalypse Now. Fijo que también te encanta el olor del napalm por la mañana.
Me flipo “Searching for sugar man”, la verdad. Historias de las que a tipos como tú y como yo, no dan fe para pensar que alguna vez, algo que hagamos, igual gusta o mueve a alguien en Sebastopol.
Un brazo
Me americanizo… a ver si así soy más comercial. Efectivamente, peliculón, y pedazo de personaje. Queda claro con este Rodríguez, que la realidad supera la ficción. ¿Alguien habría sido capaz de inventarse una historia como ésta… y un tipo tan grande como éste?
Muy buen artículo, colega, como siempre directo y sin tapujos. Una pena que esa peli ya no esté en cartelera, en Madrid la proyectaban solo en un cine hasta hace dos semanas. En cuanto salga en wakitv o filmin me pongo con ella ;). Un abrazo
Claro que está. Y no en un cine, sino en dos… No te la pierdas, tron…
Ah, si, joder, ya la estoy viendo. Estaba mirando en entradas.com. Ya veo que está en verdi y renoir. Genial! Pues mañana mismo 😉