España es de los países que más títulos publica al año. Pero no de los que más lee. Ni de lejos. Porque el mercado es horizontal. Un libro junto a otro. De tiradas cada vez menores. Pocos alcanzan una “verticalidad” digna de mención. Tal es la oferta, y tan desigual la distribución y número de ejemplares de cada obra, que la mayoría se las comen las estanterías (si no se han quedado embalados en el almacén), mientras solo unos pocos, accesibles al lector en los puntos de venta más importantes, tienen repercusión y generan importantes beneficios. Primero, para el distribuidor. Luego para el editor. El punto de venta. Y del autor… mejor no hablamos.

Si yo estuviera en esto por dinero, hace tiempo que lo habría dejado. Y no creo que fuera el único. De primeras, aún no he publicado ninguna novela.

Fran Portillo es de los míos: escribe a mano en su cuaderno, con un cafelito y, si el tiempo lo permite por ser época de terrazas, un pitillo. Todos los días. Es su momento kit – kat. Que otros invierten en comer. A nosotros nos da tiempo a hacer las dos cosas. La primera porque no hay más huevos. Y la segunda… porque nos sale de los ídem. Y así es como Fran escribe sus libros. Obteniendo, por fin, la ansiada recompensa: publicar Oktur con Chiado Editorial. Una historia fantástica ambientada en un planeta Tierra a punto de ser destruido, al menos tal y como lo conocemos, por una mamá naturaleza hasta los mismísimos…, y que 700 años después de la catástrofe continúa cobijando a los humanos que sobrevivieron… aunque de otra manera. Y hasta ahí puedo leer. Porque la curiosidad mató al gato. Lo importante es el interés. Que te da fuerzas para mantener la ilusión. Continuar escribiendo. Y conseguir experimentar la satisfacción de ser leído. Sin necesidad de hacerse rico. Porque recibiendo un 8% del importe de cada ejemplar vendido (sobre el precio sin IVA) y con tiradas de 300 (está demostrado que con esta cifra la editorial no tiene pérdidas) a 3.000 ejemplares (han cantado bingo), lo que se llevará el autor será, aproximadamente, 1€ por cada venta. De 300 a 3.000 pavos. Si los vende todos. Ahora, teniendo el cuenta el tiempo invertido en escribirlo… ¿a cuánto sale la hora? Lo dicho: si estamos en esto no es por ganar dinero. Porque en la literatura, como todo en la vida, los que se forran son cuatro. Y los que se quedan por el camino, Legión. Por eso me despierta tanta admiración el escritor vocacional. Quizá no tenga tanto éxito como el que va de profesional. Pero puedes estar seguro de que ha escrito su novela con cariño. Ilusión. Y, sobre todo, con respeto.

Como Fran Portillo.

Con dos cojones.

Como OKTUR.