Últimamente la falta de originalidad parece tener premio. No hay nada mejor para vender una novela que coger una historia, cuanto más conocida por el público en general mejor, y hacer una versión de dicha obra, a ser posible incluyendo el título original y añadiéndole alguna otra palabra o frase de cosecha propia que sea bien llamativa.
Creo que uno de los precursores de este fenómeno, aunque al final fuera retirada su novela, fue Agustín Fernández Mallo, con (no se lo pierdan) “El hacedor de Borges. Remake”, (está muy bien la puntualización del final).
En este libro, todo hay que decirlo, no hay plagio en si mismo, aunque se repitan estructura y títulos, y de paso también se busque vender ejemplares aprovechando el nombre de uno de los grandes de la literatura.
El autor aseguró que pretendía rendir homenaje a Borges, al que idolatraba, claro que para esto no contó con el beneplácito de la viuda, que consideró una falta de respeto que no le hubiera pedido permiso, y pensó que su intención era más una forma de ahorrarse pagar derechos de autor que de homenajear a su difunto marido.
Este caso, debido a la importancia del supuesto plagiado, fue muy comentado en su día, pero parece que ahora está de moda hacer lo mismo que Fernández Mallo, solo que esta vez a nadie parece rondarle por la cabeza el tema del plagio literario o la falta de originalidad.
Tengo la impresión de que el público se lo ha tomado como cuando va al cine a ver un “remake”, pero señores, un libro no es una película, no se pueden hacer distintas versiones del mismo y venderlo como original.
Voy a hablaros de tres casos de libros, solo tres pero hay más, que encajan en esta descripción. El primero y que más me ha llamado la atención es “Orgullo y prejuicio y zombis”. No, no es una broma, el libro existe de verdad, os dejo la sinopsis que no tiene desperdicio:
SINOPSIS
«Es una verdad universalmente reconocida que un zombi que tiene cerebro necesita más cerebros».
Así empieza Orgullo y prejuicio y zombis, una versión ampliada de la clásica novela de Jane Austen, sólo que con escalofriantes escenas de zombis que siembran el terror y devoran a seres humanos. Cuando esa misteriosa plaga llega a la apacible población inglesa de Meryton y los difuntos empiezan a resucitar convertidos en temibles muertos vivientes, la intrépida heroína Elizabeth Bennett tendrá que acabar con la amenaza y, al mismo tiempo, evitar que la llegada del altivo y arrogante señor Darcy la distraiga de su empeño.
Reescritura en clave de solfa de un clásico fundamental, Orgullo y prejuicio y zombis es una comedia deliciosa, aderezada con civilizadas peleas entre los dos jóvenes enamorados y otras más violentas en el ensangrentado campo de batalla donde Elizabeth libra una guerra sin cuartel contra legiones de zombis que se alimentan de seres humanos. Orgullo y prejuicio y zombis, con sus desengaños amorosos, sus duelos, su canibalismo y sus cadáveres putrefactos, transforma una obra maestra de la literatura mundial en algo que realmente desearemos leer.
Yo me quedo sin palabras al ver esto. Pero sigamos, otro ejemplo de lo que estoy exponiendo es “Una sonrisa roja como la sangre (La verdadera historia de Hansel y Gretel)” ahora muy de moda por la versión cinematográfica que también se aleja del cuento recogido por los hermanos Grimm.
SINOPSIS
Hansel y Gretel salen un día de su propio cuento y se introducen en otros ocho relatos populares que también fueron convertidos en clásicos por los hermanos Grimm. A lo largo de un periplo lleno de oscuros peligros, conoceremos el origen real de muchas historias de cuento. ¿De dónde vienen las casas comestibles, las migas de pan o las propias brujas? La verdad tras la simbología resulta tan apasionante como los propios cuentos, presentados en versiones mucho más violentas y amenazadoras, tal como eran conocidos antes de ser maquillados por los Grimm.
Adam Giditz (Baltimore, EE.UU.) es cuentacuentos y maestro en Nueva York. Hansel y Gretel y otros relatos de terror es su primera novela, que le ha otorgado un reconocimiento inmediato. Dice que sólo escribe sobre cosas que ha vivido él mismo.
Con esta siempre te puedes agarrar a la excusa de que se trata de cuentos populares recopilados por los hermanos Grimm que cualquiera puede versionar, aunque a mi no me convence.
Y la tercera, mal denominada novela, se trata de 50 sombras de Gregorio, que es más bien una reseña comparativa de lo que sería una relación con un hombre normal, tirando de muchos tópicos, con la que mantienen Anastasia y el señor Grey de la afamada trilogía 50 sombras de Grey. Puede arrancar alguna que otra sonrisa pero se trata también de un claro ejemplo de subirse al carro aprovechando el tirón de un best seller.
Reflexionemos señores y hagamos un esfuerzo por ser originales, uno puede escoger un tema del que ya se ha escrito (niños magos, vampiros, hombres y mujeres con deseos turbulentos…) pero de ahí a copiar el título de una famosa novela y transformarlo en algo totalmente diferente para asegurarse las ventas, hay una gran diferencia.
Es oir la palabra precuela, o remake.. y echarse a temblar. Ya es complicado encontrar una peli a la altura de un libro, como para excentricidades taquilleras…
pd. Una que sí me tiene buena pinta es Ana Karenina.
besitos!!
Bueno, Borges escribió sobre Pierre Menard, el neo-autor de El Quijote, un tipo con mucho tiempo libre que se ponía a escribirlo de nuevo, de punta a punta. Le tomaron la idea en serio.
Mierda, yo que pensaba hacer la biblia remake, me han chafado la idea. Además quería hacer una novela que fuese 20.000 leguas de viaje submarino entre otras obras de la literatura y así iría uniendo a, por ejemplo, Don Quijote con Lisbeth Salander para salvar a caperucita roja del malvado José Luís Moreno con un muñeco de lobo que iba a violar al hermano de ésta en un pajar cercano a la casa de pinocho que le enchufa la nariz por el… No se me ocurre nada más.
Manda cojones, que dijo el filósofo,
felicidades por la entrada y un vigoabrazo, Gala.
Emilio
¿Os acordáis del final de la película “Los Otros”? Así en plan “Estaban muertos y no lo sabían,oh,qué genialidad!!”.¿Habéis leído “Pedro Páramo”?.Pues eso.Nadie saca “algo” de la “nada”,nadie.Los ejemplos del artículo se escribieron porque se sabía que se iban a publicar o comercializar…En fin,a lo mejor el problema reside en otro sitio y no tanto en el que firma el “plagio”.Qué críptico me ha quedado,hay que ver cómo soy…
Buenos días Gala
Creo que aun quedan muchas cosas por decir. Basarse en obras anteriores no me parece correcto aunque grandes escritores lo han hecho. Pero eso no les exonera y sigue sin gustarme.
Precisamente, el escritor, lo que tiene es imaginación desbordante. Si las musas le abandonan…Quizás es el momento de tomar otro camino. Buena entrada Gala y el comentario de Emilio… ¡para partirse de la risa1 Un abrazo,
Creo que incluyes en un mismo saco muchos conceptos que no deberían mezclarse.
En primer lugar, el coger una obra que ya existe y remozarla no es nada nuevo. Coge las leyendas artúricas y verás que diversos autores de diversos países lo hicieron, cada uno aportando cosas originales y conservando lo que más les gustaba. El Rey Arturo de Chretien de Troyes es uno de los libros más famosos que jamás se hayan publicado, pero según tu definición no sería más que una imitación poco original.
Hay que distinguir, por lo tanto, las obras de las que se pueden hacer versiones y obras derivadas (porque los familiares o editores ya no tienen derechos) y las que no. De Jane Austen yo puedo hacer una obra derivada sin problemas, y no creo que el lector habitual de novelas de zombi compre el libro porque ame la prosa de Austen (que es hermosa y muy recomendable), sino porque le hace gracia ver cómo se mezclan un clásico y el género de los muertos vivientes. A mis ojos, eso tiene más mérito que cuando el hijo de algún autor, pongamos Christopher Tolkien, recicla varios manuscritos de su padre, rellena los huecos que faltan con una narración propia poco inspirada y lo vende con grandes letras doradas que lo anuncia como una novela inédita del novelista fallecido.
De hecho, no sé qué derecho podrían tener los Grimm a enfadarse porque alguien cogiera sus cuentos. Ellos mismos los cogieron prestados, según contaban, de las narraciones que sus nanas les contaban. Ambos hermanos pretendieron acercar los relatos populares de su infancia a un nuevo público, y el libro que citas posiblemente quiera hacer lo mismo.
De hecho, puestos a buscar originalidad, ¿alguien tiene derecho a escribir algo? La novela bélica ya la inventó Homero con la Illiada (¿o acaso solo adaptó un relato que no nos ha llegado?). El viaje de aventuras está en la Odisea, pero la idea viene de antes, posiblemente de Gilgamesh. La novela de detectives la inventó Poe, ¿borramos entonces de un plumazo los libros de Conan Doyle y de Agatha Christie? ¿La fantasía épica? Ahí tienes al rey Arturo, ¿condenamos a Robert E. Howard, J.R.R. Tolkien y George R. Martin por plagio?
Todo bebe de todo. Al final, los lectores y los críticos deberán valorar lo que merece la pena y lo que no.
Hola Gala. Al menos esos titulos te advierten de lo que vas a tener que es una obra basada en… Lo peor es cuando cogen la obra de otro y simplemente le cambian el autor y titulo y lo venden como propio que es lo que me paso a mi. No sé donde esta el gusto de publicar algo que no es tuyo, nunca lo podre comprender, a ver si algun día me cruzo con este individuo y le hago la pregunta.
Besos
Lo bonico que es coger un libro, cambiarle un poco los protagonistas pero imitando la estructura original, y cambiar un poco el final y…voilá! Lo que podía ser un trabajo de más de un año se convierte en cuatro meses de escritura, ya tienes un best seller maqueao y la mar de mono. Así es la vida…
Hoy a mí me han plagiado un dibujo
y era exactamente como describes.
Lo pongo en una página, para ver si alguien
me puede ayudar y me dice uno que soy arrogante
por pensar que me han copiado.
¿Acaso estoy siendo arrogante por defender una idea que tuve yo y otro me robó poniéndole más flores? Encima, ese dibujo se estaba llevando las alabanzas y, el mío, ignorado.