El arte no sirve para nada. Y punto. Por eso la LOMCE ha decidido suprimir casi todas las horas de asignaturas como Música o Plástica en Secundaria, se ha cargado las Artes Escénicas y ha devuelto a las aulas lo que de verdad importa: la religión, que un rato de concienzuda catequesis siempre viene bien,