Albert Camus, La caída
Con esa cita se abre mi última novela, Las vidas que inventamos. Y la elección, por supuesto, no es casual. Por un lado, esas palabras del gran Camus son, posiblemente, el mejor resumen del tema de la novela (¿cuántas mentiras sumamos -y necesitamos- cada día?) y, por otro, es mi forma de homenajear a uno de los autores que más me apasionan e inquietan desde que, allá por la adolescencia, tuve el placer de descubrir sus textos. Por eso, este segundo #5razones está dedicado a La caída. Empezamos…
5. Porque es un ejemplo perfecto de cómo una novela breve puede crear un universo -personal y social- tan sólido y complejo como absorbente.
4. Porque su personaje-narrador (que se autopresenta como “juez-penitente”) es hipnótico y resulta imposible no escucharle con atención, por mucho que nos duelan algunas de sus agudas -y, a veces, lacerantes- conclusiones.
3. Porque la peripecia vital del protagonista -que da pie a la mínima trama, apenas narrativa, del libro- es demasiado moderna como para no entender la novela en una clave plenamente contemporánea.
2. Porque Camus es uno de esos autores que, por culpa de haber escrito una obra maestra, parecen condenados a ser recordados solo por un título -en este caso, El extranjero– a pesar de que su trayectoria novelística y dramática haya dejado muchas más obras de rotundo trazado.
1. Porque en estos tiempos de dudosa ética, de desorientación colectiva y, sobre todo, de descomposición y retroceso social, es muy saludable retomar las lecturas de los existencialistas como antídoto contra la insensiblidad-que querría inocularnos el poder. Además, qué mejor lectura para estos días ahora que se estrena su obra El malentendido en el CDN.
Y, como cierre, otra cita más de esta obra en la que, en apenas 122 páginas, gasté decenas de post-its para marcar pasajes memorables:
Los mártires, querido amigo, deben elegir entre ser olvidados, escarnecidos o utilizados. En cuanto a ser comprendidos, nunca. Además, vayamos directamente al grano, a mí me gusta la vida, esa es mi verdadera felicidad. Me gusta tanto que no tengo ninguna imaginación para todo lo que no sea ella.
Por lo que he leído, me parece una novela atrayente y además con una prosa magnífica. Crea muchas expectativas que invitan a la lectura de la novela. ¡Enhorabuena, Fernando!
Fernando, te envío un recuerdo entrañable del tiempo en que fuimos compañeros en el IES San Juan Bautista.
Remedios Prieto
Tengo que reconocer que no he leído a Camus, aunque tengo mucho interés en hacerlo (¿me recomiendas algún título en concreto para empezar?). Me gustan las razones que utilizas para recomendar este libro, en especial las dos últimas: es cierto que es una pena que algunos autores solo sean recordados por una obra, como si el resto de sus publicaciones sean menores; en cuanto al existencialismo, ya hace tiempo que pienso que esta filosofía nos viene bien en los tiempos que corren, así que nada mejor que recuperar la literatura de la época para, al menos, reconfortar la mente.
Un abrazo.