Hola. Sí. Te escribo a ti. No finjas no saber quién soy. Ambos nos conocemos. No te pongas nerviosa. Aquí estamos solos tú y yo. No te preocupes. A veces pasa. Por suerte las miradas son todavía exclusivas y las compartimos cómo y con quien queremos. Las nuestras son ya viejas amigas. Cada mañana, a