¿Debe ser el escritor un intelectual? No necesariamente. De hecho, si nos remontamos a los tiempos de la tradición oral, los cuentacuentos, esos nómadas que iban por las plazas de los pueblos contando historias, solían ser analfabetos. Ahora bien, el intelectual siempre acabará escribiendo para transmitir sus pensamientos e ideas de lo que para él es el mundo. La Literatura ha dejado de ser un entretenimiento.
No vamos a entrar ahora aquí en lo que es o no es el género negro, ni tampoco desde luego vamos a meter en el mismo saco a autores como William R. Burnett o a Agatha Christie: las historias que nos legaron el uno y la otra nada tienen que ver entre sí, por mucho que ambos aparezcan en cualquier ensayo de novela negra.
La novela negra que se deriva del Hard Boyled americano es la verdaderamente interesante como herramienta de crítica social en cuanto a que se ocupa de los bajos fondos y crea personajes que son gente de la calle, con sus problemas y sus inquietudes. En este sentido es una novela realista cuyos narradores cuentan las historias según ocurren, en su contexto, obviando los finales felices por su poca credibilidad y empleando la metáfora con grandes dosis de cinismo. El protagonista suele ser un antihéroe, que encarna mucho mejor los valores y atributos del ciudadano común y corriente. Este estilo surge en la Gran Depresión y abarca el periodo de la Ley Seca, el de entreguerras y posterior. Los escritores que más destacaron tienen un común denominador: todos han combatido en alguna guerra, lo cual es bastante habitual en cada generación de estadounidenses. Esto y regresar a su país para comprobar que no hay sitio para ellos en la sociedad y ver que una especie de guerra de guerrillas se sigue librando en las calles y suburbios de cada ciudad, les dio una visión única que contribuyó decisivamente a crear y perpetuar el subgénero.
Lejos de estar obsoleto (el estilo) por la diferencia temporal, como opinan algunos expertos bastante desinformados, este estilo se exportó a Europa y sigue vigente. Cambian los arquetipos, no en su totalidad, cambian las costumbres moldeadas sobre todo por las nuevas tecnologías, pero ni cambian las formas de expresión narrativas (que pueden evolucionar, pero girarán en torno a lo mismo) ni la mezquindad del alma humana. Por tanto, fueron estos pioneros los que sentaron las bases de la novela negra como herramienta de crítica social, una crítica que difícilmente se podría hacer desde los demás géneros o desde los medios de comunicación, por haber acabado estos en manos de oscuros intereses que se entremezclan con los hilos del poder. De hecho, no son pocos los periodistas que pasan a volcar sus informaciones en novelas negras de ficción, por la imposibilidad de hacerlo en los medios.
En cuanto a si los escritores deben estar comprometidos e intentar transmitir lo que pasa en cada época denunciando la injusticia social, mi opinión es que sí, porque para ello se les cede el privilegio de publicar. En este sentido, el escritor David Llorente en su artículo “La neutralización del escritor” lo explica bien claro: “Hace falta ser muy cruel (y muy astuto) para aprovecharse de las dos grandes miserias del escritor (su ego y su inseguridad) para ir bajándole del pedestal de los furibundos e ir subiéndole a la pasarela de los anoréxicos. La historia de la Literatura (dentro de unas décadas) hablará de nuestro tiempo como esa época extraña en que la policía torturaba en las cárceles a los manifestantes mientras los escritores posaban con sus trofeos como las misses posan con sus ramos de flores”. Se puede decir más alto, pero no más claro.
A este respecto, recuerdo que una vez le preguntaron a Juan Madrid sobre los géneros y sobre los tipos de escritores que había. Todo el mundo le miraba incrédulo cuando el maestro contestó que solo había dos tipos de escritores. Nadie estaba de acuerdo, todo el mundo hacía divisiones más o menos razonables, pero desde luego ninguno de los asistentes dividía a los escritores en dos. Fue curioso ver sus caras de estupefacción y su silencio cuando Juan insistió en su afirmación: “Solo hay dos tipos de escritores, los que creen en el sistema y los que no creen”.
A mí me parece muy bien que cada cual haga lo que crea conveniente en un tiempo en que parece que todo el mundo quiere escribir, por poco que se tenga que decir, que suele ser nada. Allá cada cual con su forma de entender la Literatura. Ahora bien, que no cuenten conmigo para pasteleos y retóricas sin sentido.
Con lo cual solo existe una novela negra, la que denuncia las injusticias del sistema y relata las bajezas del alma humana. El resto policial cuya finalidad es entretener y vender, claro. Un saludo.
Según los expertos hay diversos tipos de novela negra, Josevi. Podríamos decir subgéneros. Pero a mí lo que más me aporta sonb las novelas negras con ese poso de denuncia social. Lo demás me entretiene, unas más que otras, pero nada más. Abrazo.
Por mucho que sigan insistiendo Agatha Cristie NO es novela negra. Sus genero es el whodoneit.
Sobre la cuestion de entretener en la literatura, creo que es importante. Mucha gente logra refugiarse de las miserias del mundo real en las fantasias de la ficcion y a veces un final feliz es un consuelo. Y si no el caso de los musicales en los añis treinta y cuarenta. Gran articulo Paco.
Buen articulo
Gracias, Alfonso. Abrazo.
Juan Madrid: ” “Solo hay dos tipos de escritores, los que creen en el sistema y los que no creen” Gracias por recordármelo. Yo también estaba alguna de las veces que lo ha dicho.
La sentencia es brutal, Yanet. Beso.