“La fragilidad del neón” (Alrevés Editorial, 2014), es la última novela de Juan Laborda Barceló. Se presentó recientemente en la Casa del Libro de Madrid, con gran asistencia de público, y también en la Librería JUMI, en plan más familiar, íntimo y cálido, con el autor tomándose una cerveza y con Cecilia, la inefable librera de madrina de presentación.

No es fácil calificar esta excelente novela o encuadrarla dentro de un género. Algunos dirían que es histórica, y lo es, ya que se desarrolla en el París de los años 60 en pleno periodo de la Guerra Fría. Yo me atrevería a decir que es una obra que cuenta una buena historia, que es lo que tiene que tener una novela. Pero si además tenemos en cuenta la profesión del autor y algunos de sus rasgos de carácter, se pueden observar varias pinceladas de cine, de hechos históricos y bastantes tintes negros que la enriquecen de forma extraordinaria. De hecho, a Ramón Sandoval, el personaje principal, podríamos transportarlo sin esfuerzo a una novela de Chandler.

Hablando de Ramón, encontrarán en él al idealista, al excombatiente en guerras como la Civil, más tarde enrolado en la resistencia francesa contra los nazis, y durante el periodo en el que transcurre la novela, desmotivado, cansado y trabajando de chófer para un garaje de vehículos de alquiler que le emplea como conductor de la estrella de Hollywood Linda Darnell (primera referencia cinéfila o cinéfaga, como al propio autor le gusta decir).

Por otro lado, hay una trama paralela cuyo protagonista es el hermano de Ramón,  Manuel, que se encuentra luchando contra los franceses en la guerra de Argelia, tema recurrente en otras novelas, sobre todo francesas, aunque algún autor español también lo ha plasmado en negro sobre blanco, como el maestro Mariano Sánchez Soler en “Lejos de Orán”.

Juan anda especialmente habilidoso a la hora de mezclar personajes históricos con personajes de ficción, algo que siempre gusta al lector.

La novela tiene también una descripción de los paisajes urbanos parisinos como para no perdérsela, muy en plan cinematográfico, por no hablar de los personajes tan bien caracterizados, en los que la angustia y la desesperación están presentes en cada uno de ellos.

Si los hermanos se encontrarán o si la Darnell será capaz de remontar su crisis de identidad lo tendrán que descubrir ustedes comprando la novela, cosa que yo recomiendo encarecidamente. La novela les hará “sentir”, algo de lo que carecen muchos libros de ficción que se editan actualmente. También les hará viajar y les procurará entretenimiento, que es de lo que se trata.

No se la pierdan.