Después de encontrarme con Alexis Ravelo en “La estrategia del pequinés”, tenía muchas ganas de leer “La última tumba” (Editorial Edaf), que fue la novela ganadora del Premio Getafe Negro. Como bien sabe todo el mundo aficionado al género negro patrio, algo está pasando en Canarias, como así lo atestiguan los últimos títulos de José Correa, Javier Hernández Velázquez o el propio Alexis Ravelo, entre otros.
La trama de “La última tumba”, según reza en la sinopsis de la contraportada, es sencilla: un recluso sale de la cárcel tras veinte años de reclusión por un asesinato que no cometió y planea su venganza. Pero luego hay que escribir la novela y esto se puede hacer bien, mal o como lo hace Alexis, es decir, muy bien.
La historia está narrada en primera persona por el protagonista, Adrián, un tipo con una personalidad más compleja que la que se pudiera deducir de la lectura de las primeras páginas. Y para mí, la primera persona, sigue siendo el estilo de narración ideal en una novela negra, aunque se pierda perspectiva, aunque se pierdan escenarios, porque tiene la fuerza necesaria para la descripción de ambientes oscuros y porque el lenguaje empleado, sobre todo cuando el narrador es un delincuente, es el adecuado para hacer la historia creíble. Si utilizamos al narrador omnisciente, siempre hemos de utilizar un tono mas neutro que hace perder vigor a la narración. Aunque siempre se puede experimentar y mezclar ambas voces, como suele hacer de forma magistral Javier Abasolo en sus novelas. Pero insisto, en el caso que nos ocupa, la primera persona es una buena elección.
Adrián entra la cárcel siendo un yonqui descerebrado, pero no es un asesino. Veinte años dan para mucho y logra no solo desengancharse de la heroína y de sus otras adicciones, sino que estudia y lee, experimentando una transformación personal importante. Y esto lo notan los de su entorno cuando ya ha cumplido la condena y sale. Adrián se convierte en un detective de un solo cliente, él mismo, que va a investigar el pasado y no parará hasta descubrir quién o quiénes le hicieron la jugarreta de colgarle el marrón del asesinato.
Alexis Ravelo no es nuevo en esto de la novela negra. No se pierdan sus obras de la saga de Eladio Monroy. Pero es que además, le pega a la novela juvenil y a la radio. Además, imparte cursos de escritura creativa. Con estas credenciales, créanme, Alexis ya es un maestro del género y a mí me da que según pasen los años, va a ser uno de los grandes en esto de la novela negra. Su última novela lo confirma. Para mí, ya es uno de los mejores novelistas negros de este país.