En el fondo, todos deseamos que los culpables de la muerte de Asunta, esa pobre niña que a la que los procesos adoptivos llevaron en peregrinación desde China a Compostela mucho antes de que tuviese edad para decantarse por confesión alguna, sean sus propios padres. La razón es muy sencilla: nada nos fascina más que
Saber irse
Uno viene pensando que en España lo habitual empieza a ser que las etapas políticas se finiquiten a golpe de partes médicos. Treinta y muchos años después de que los informes consuetudinarios de los galenos transmitieran, en estudiado diferido, la agonía del anterior baranda del Estado, todo parece indicar que antes o después asistiremos a
Mariano rajó
Y Mariano rajó (fin de la cita) y, como era de prever, tampoco nos sacó de pobres. La culpa es nuestra, por emocionarnos. Asistimos a las comparecencias del presidente pensando que nos encontraremos a una rutilante estrella que dosifica las intervenciones para no desperdiciar con naderías sus infrecuentes estados de gracia y no tenemos en
Batallitas de becario
Cuando uno estudia periodismo, no se convierte en becario con el fin de iniciarse en los misterios de la profesión, sino para acumular una serie de experiencias que le permitan sorprender a los colegas o consolarse con los nietos cuando llegue el momento. Fue ésta una sospecha recurrente que me asaltó ya en mis primeros
Disparen al maquinista
No hay nada más agradecido que disponer de un chivo expiatorio sobre el que lanzar mierda para que nuestra conciencia se quede tranquila. De entre todas las víctimas que dejó ese desgraciado Alvia de Compostela, la que más tristeza me infunde es precisamente la que muchos no consideran tal: ese maquinista que, en un gesto
Esa alegría milenaria
El Monte do Gozo recibe ese nombre por la emoción que, tras muchos meses de andadura en ocasiones solitaria y casi siempre fatigosa, embarga al peregrino cuando contempla por primera vez desde su cima las torres de la catedral compostelana y la recoleta ciudad que, como esas lágrimas que emanan de la emoción, se desparrama
Benidorm, prueba de fuego
Como todos los españoles, yo también pasé unos días de veraneo en Benidorm. Como toda la gente sensata, aún recuerdo con horror aquellas vacaciones en un lugar que aglutina en torno a sus desgraciadas calles a lo más granado del cutrerío hispano. Cuando ves florecer a tu alrededor los más paradigmáticos ejemplares de la decadencia
El futbolero en verano
Creo que el último fichaje veraniego que consiguió ilusionarme fue el de Julio Salinas por el Sporting. Entonces yo era joven e ingenuo, las vacaciones constituían un periodo demasiado largo para un adolescente en plena eclosión hormonal y en mi pueblo nunca pasaba nada, o al menos no lo suficiente como para encontrar incentivos que
La rubia del deportivo
Quien no ha tenido que abandonar a las diez de la noche su mesa de la redacción para acudir a un piso de un barrio periférico en el que un marido despechado acaba de degollar a su suegra, no puede decir que sabe lo que es el periodismo. La crónica de sucesos, ese género tan
Visión distante de París
Como todos los que tuvimos la suerte de leer Rayuela en medio de nuestras efervescencias adolescentes, yo también visité París queriendo ser un poco Oliveira en pos de la Maga y acodarme en el Pont des Arts a fumar un cigarrillo mientras escuchaba, a lo lejos, una brumosa melodía de jazz. Pero París es muy