Por @SilviaP3
Ochenta días. Matthew Goodman. Editorial Aguilar, 2014. 584 páginas. ISBN:9788403013506 EAN: 9788403013506
Ochenta días no es exactamente una novela, pero se lee como una novela. No es una historia de aventuras, pero se lee como una historia de aventuras. Y tampoco es un estudio histórico del siglo XIX, aunque aprendamos con él como si de un libro de historia se tratara.
El escritor Matthew Goodman, quien ha sido profesor de escritura creativa y literatura en diversas universidades, consiguió colarse con esta obra en la lista de los libros más vendidos de The New York Times, con un éxito tal que ha sido traducida a ocho idiomas.
Ochenta días narra la carrera que tuvo lugar en 1889 entre Nelly Bly, periodista de The World, el periódico de Joseph Pulitzer, y Elizabeth Bisland, periodista de The Cosmopolitan.
Goodman se ocupa de la biografía de ambas aventureras desde sus inicios, confrontando unos orígenes muy diferentes que las convirtieron en dos mujeres fuertes, decididas y completamente dispares, en una época en la que las únicas féminas que se dedicaban al periodismo se ocupaban de temas relativos a la moda, la cocina o los ecos de sociedad.
Dedicando con una acertada alternancia entre las protagonistas, los diversos capítulos que configuran la obra, el lector pasa las páginas recorriendo el mundo, al tiempo que descubre la situación en la que este se encuentra a finales del siglo XIX.
El trayecto se acomete de forma tan coloquial, mundana y accesible que asemeja que la experiencia nos la está narrando un viajero en el tiempo que fue testigo de aquellos acontecimientos a través de la prensa de la época.
La aventura de dar la vuelta al mundo, emulando la novela de Verne, fue propuesta con gran acierto por Nelly Bly a su editor, sin imaginar hasta qué punto cambiaría la situación de sus compañeras en las publicaciones de su tiempo, así como la contribución de su contrincante cuando la competencia decidió que una de sus periodistas asumiera el mismo reto pero realizando el viaje en dirección contraria.
Así pues, históricamente, Ochenta días no tiene desperdicio. En vez de centrarse exclusivamente en los detalles técnicos y en el protagonismo de las dos viajeras que compiten en tan singular carrera, Goodman opta por abrir el abanico del relato de tal forma que, a través de las vivencias personales de sus protagonistas, descubrimos la situación de la mujer en el Nueva York decimonónico.
A través del viaje, nos encontramos historias tales como la de la Estatua de la Libertad, las circunstancias de los viajes en los trasatlánticos, el mítico encuentro de Bly con Verne y la vida en las colonias inglesas, entre muchas otras.
Seguramente, lo más desconcertante, para todos aquellos que conocíamos más o menos la aventura de Bly, sea descubrir la figura de Elizabeth Bisland, una mujer que la historia relegó a un segundo plano, a veces, tan profundo, que fue olvidada por completo.
Tal fue el olvido en el que cayó la periodista de The Cosmopolitan que, cuando en 1946 se representó el musical Nelly Bly alrededor del mundo, su figura fue sustituida por un hombre del Herald enamorado de la reportera de The World.
Ochenta días es un recomendable libro de viajes en el que sumergirse y descubrir la biografía de dos intrépidas mujeres de su tiempo, cuyas vidas se desarrollaron de forma entrelazada hasta el momento de sus respectivos fallecimientos, muchos años después de su mundial carrera. Ambas fueron enterradas en el mismo cementerio, donde yacen a 500 metros la una de la otra. Vale la pena conocer su historia.