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Agosto

Siempre reconforta comprobar que tu familia y los primeros años de tu existencia no han sido tan malos como pensabas y que, quizá, como decía no recuerdo quién, la infancia no sea eso que te pasas el resto tu vida intentado olvidar o superar. A veces, cuando escuchas algunas historias personales que te dejan de piedra, no te queda más remedio que admitir que has tenido mucha suerte.

Algo así te viene a la cabeza cuando ves Agosto, la película de John Wells protagonizada por Meryl Streep y Julia Roberts. Sentada en el cine, no paraba de preguntarme qué hubiera hecho yo de haber crecido en una familia así, aunque más que familia lo que percibes es un infierno en el que Beverly (Sam Shepard) y Violet (Meryl Streep), los patriarcas, viven inmersos, él en el mundo del alcohol, y ella – enferma de cáncer-, en el mundo de la adicción de las pastillas.

Sin duda, las interpretaciones de las dos protagonistas, Meryl Streep y Julia Roberts–aunque Streep a veces resulte algo sobreactuada- impresionan. No en vano, en los próximos Oscar, la primera es candidata a Mejor actriz y la segunda a Mejor actriz secundaria.

En cuanto a la historia, la tormenta se desata cuando Beverly desaparece y Violet recurre a la ayuda de sus tres hijas para encontrarlo. A partir de aquí pasarán unos días en los que toda la familia vivirá bajo el mismo techo reviviendo traumas y secretos familiares que tendrán el caldo de cultivo perfecto para agigantarse.

No hay que perderse la escena de la cena familiar en la que todo salta por los aires y en la que Chris Cooper, que interpreta al cuñado de Violet y Beverly, protagoniza una bendición de mesa sin desperdicio que consigue arrancar carcajadas en medio del mayor de los dramas. Precisamente, hace poco hablaba de los secundarios de primera, y Cooper representa en Agosto a un secundario de lujo, de la misma manera que algunos de sus compañeros de reparto, como Margo Martindale, Ewan McGregor, Juliette Lewis o Julian Nicholson –éstas últimas, junto a Julia Roberts, son las tres hijas de Violet-.

El guión es la adaptación al cine de la exitosa obra teatral de Tracy Letts, ganadora del Pulitzer. Dicen que la escena resalta aún más el drama, pero creo que se pierde ese otro gran protagonista de la película: las afueras de Pawhuska, Oklahoma. El Estados Unidos profundo resulta un entorno que sorprende y refuerza toda la paranoia del universo de Los Weston.

 

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