Mis vacaciones favoritas son las de principios del siglo XX, pero me temo que ya pocos podrían veranear como entonces. Trasladarse durante tres meses con ocho baúles ha quedado relegado –sin los baúles- a una minoría elitista que, no solo ha de tener dinero, sino también, disponer de tiempo. El mundo, por otro lado, ha
REFLEXIONES DE UNA MUJER CORRIENTE (II)
Ya tengo sesenta años y nueves días. Las horas se suceden como siempre y sin que yo sienta nada diferente a otras horas de otros años. O quizá sí y sólo lo olvidé ¿Sentía antes más alegría? ¿Más pasión? ¿Más confianza? No me acuerdo. Sé metafísicamente, que viví cuando tenía veinte años, sin embargo, la