Sí, me lo habían dicho y repetido, pero he tardado en comprenderlo: ¡La semana negra engancha!
Aquí sigo. En Gijón. Debía haberme ido hace tres días, pero no fui capaz. Como tampoco fui capaz de escribir antes la crónica prometida, pues tras las apasionantes tertulias en la terraza del hotel Don Manuel hasta altas horas de la madrugada, no queda apenas tiempo, ni energía. Y pronto fueron llegando, uno a uno, amigos muy queridos, amigos a quienes en Madrid resulta muy difícil ver, y prácticamente imposible verlos a todos al mismo tiempo, todos juntos, como están aquí: llegaron Paco Gómez Escribano, Carlos Salem, Begoña Minguito, Fernando Marías, Javier Márquez, Julia Martínez –sin contar a Laura Muñoz Hermida, Marcelo Luján, y otros muchos más-, y me pareció demasiado triste no disfrutar de una conjunción de astros tan poco habitual. De modo que sigo aquí, en el hotelito Castilla, cuando no intentando desdoblarme en la Semana Negra, que es lo más parecido a un campamento de verano para niños grandes.
Y la misma ya está a punto de terminar y empezamos a despedirnos mentalmente con la misma nostalgia que escolares que ven que las maravillosas vacaciones de verano tocan a su fin.
El tiempo, realmente, pasa siempre volando, pero aquí ha parecido acelerarse. Han sido tantas presentaciones, tantas charlas y tertulias, tantos actos diversos e interesantes, que resumir es difícil. Enumeraré simplemente los que me vienen a la mente o los que, por alguna razón, me han marcado:
La joven escritora Noemi Sabugal nos presentó con mucho humor a Jon Aretxe, autor del libro “612 Euros”. Fueron desternillantes las travesías de la cabeza robada del general Sancho Villa que nos relató el escritor mexicano Pedro Salmerón. Disfruté con las exposiciones de Fotoperiodismo, y di largos paseos por las carpas de libros. Compré. Mucho, demasiado. ¡Qué próspera sería la industria editorial si todos consumieran tanta literatura como yo!
Félix de la Concha retrató con su destreza ya proverbial a varios autores. Me llamó la atención el cubano Leonardo Padura. Sostuvieron una interesantísima conversación: sobre los pintores que le atraen o le disgustan, sobre la ortodoxia comunista en Cuba (nos contó que él en su juventud apenas sabía quién era Trotski), sobre la diferencia del nivel de vida entre Cuba y España (cómo, la primera vez que asistió a la Semana Negra, en 1988, no le era posible tomar café a menos que le invitaran, etc.), y muchas anécdotas más representativas de un mundo que pocos occidentales conocen. Aconsejó “no mecanizar nunca” el proceso de creación, y comparó Hemingway con Picasso, en el sentido de que ambos son prototipos de artistas carismáticos que, sin embargo, no debían de ser personas muy “recomendables”. Me llamó la atención lo que nos contó de la “vida social de un libro” en Cuba, “el país de lengua española con más lectores y menos libros”, que me recordó a las costumbres rusas durante la época del Comunismo, cuando los libros eran un bien escaso y precioso y se les concedía una larga vida, circulando de mano en mano. Hablaron incluso de espiritualidad: Padura se confesó agnóstico pero atraído por el Dios “gran arquitecto” de los masones.
Conocí al escritor argentino Ernesto Mallo, el fundador del festival Buenos Aires Negra (BAN!). Conversando con Angel de la Calle nos reveló cómo había engendrado su obra: Atravesaba una situación vital crítica, en un sótano evocador del de Dosteyevski, con su hija enferma, tras una mudanza traumática, una separación sentimental y sin dinero, trabajo ni esperanza, cuando optó por escribir una novela en lugar de suicidarse. Así nació su “poli bueno”, el ya famoso inspector Lascano, que ha protagonizado tres novelas. “Los hombres te han hecho mal” (Siruela) es su última obra.
Ernesto Mallo nos describe un mundo en el cual no hay realmente buenos ni malos. Todos tienen ética, los criminales eligen su “carrera” como una vía entre otras para ganarse el pan. Lo que más me llamó la atención fue su explicación del crimen: el crimen, nos dijo, existe porque es “funcional” en la sociedad. Si desapareciera, una inmensa red de intereses creados se vendría abajo, comenzando por todo el sistema bancario que blanquea el dinero. El crimen existe porque hay violencia latente en la sociedad. Ésta puede expresarse de muchas formas. Puesto que parece que siempre existirá, es preferible tenerlo de buena calidad. Como un virus, el crimen muta, se adapta a nuevas circunstancias. Por ejemplo, en Latinoamérica ya no hay dictaduras, pero esto no significa que la sociedad sea menos violenta, sencillamente, los criminales fueron haciéndose más sofisticados, comprendiendo “que podían robar a las personas sin asesinarlas” y, de hecho, es mucho más rentable mantenerlas vivas para seguir chupándoles muchos años la sangre. Así, por ejemplo, explicaba él en gran parte la crisis española.
“El humor es el único antídoto conocido contra la estupidez”, porque el verdadero enemigo es el estúpido –no necesariamente “falto de inteligencia”, sino incapaz de medir las consecuencias de sus actos-. La inteligencia es limitada, la estupidez, infinita: por eso es tan peligrosa. Parece que “ser estúpido, duele”, pero “rara vez al estúpido”.
Finalmente, pronunció unas cuantas palabras que levantaron aplausos apasionados entre el público sobre la prostitución, la trata de blancas, etc. Para Mallo, el problema real son los cómplices (sin demanda, la oferta dejaría de ser rentable y el negocio desaparecería por sí solo). Contó cómo una jovencita fresca y lozana se convierte en poquísimos años de ejercer la prostitución en una mujer avejentada, humillada, resentida, rota, que “odia y desprecia a sus clientes”. Afirmó que existen muchos tipos de prostitutas pero que, al final, “todas son de las que lloran”. Según él, la complicidad con los clientes proviene de una visión machista y retrógrada de la mujer, considerada como un objeto que es “divertido” utilizar. Y concluyó, entre humor y provocación: “¿qué sentido tiene el sexo con una mujer que te odia y te desprecia? ¡Si para eso está el matrimonio!”.
Interesante mesa redonda de jóvenes escritores de ultramar: “Ahora Latinoamérica en género negro”. Con Horacio Convertini, Edwin Umaña Peña, Rodolfo Santullo, Juan Carlos Chirinos y Marcelo Luján como moderador. El tema que a mí más me marcó, por haber vivido yo misma muchos años en el extranjero, fue el de la contaminación lingüística en la literatura de los que viven lejos de su país de origen: así, Marcelo Luján mencionaba “la triste metamorfosis” que iba desfigurando de año en año la voz de sus narradores.
Llegó a la Semana Negra Carlos Salem, el escritor a quien conocí hace unos años en Ginebra, cuando yo aún vivía allí. Es un tipo con la voz más cascada que Sabina que siempre lleva un pañuelo negro en la cabeza (por eso le llamamos “el pirata”) y muestra cierto gusto por lo que él llama chistes “guarros”. La presentación de sus libros fue divertidísima. El mítico pirata-poeta hizo gala de un estupendo sentido del humor, y toda la carpa “A quemarropa” se torcía de risa al verle responder con tanta agudeza a las preguntas que formulaba su amigo Sergio Vera. Nos habló del nuevo género literario denominado de “Cerveza-Ficción”, y de los dos libros presentados: “El huevo izquierdo del talento”, sobre los locos de la noche que se encuentran en el bar de Lola, y “El hijo del Tigre Blanco”, una novela de misterio y aventuras para niños. Nos expuso su visión de la literatura infantil: no debería tener una calidad inferior, de hecho, para él la diferencia principal es el interés por el sexo de los adultos, por lo que decidió que sus protagonistas no cumplirían más de trece años. A la noche siguiente (¡de madrugada!) ofreció un recital de su poemario “El animal”, al que acudieron en masa todas las jovencitas de la región.
Y, como sabéis, todos los años se otorgan en la Semana Negra prestigiosos galardones internacionales. Ya conocíamos a los finalistas, y en la Conferencia de Prensa del viernes por la mañana se nos comunicó por fin el nombre de los ganadores. Estas son las actas:
1. PREMIO RODOLFO WALSH
En Gijón, a 7 de julio de 2013, se reúne el jurado del premio internacional Rodolfo Walsh, que se concede a obras de no ficción del género negro, y acuerda por unanimidad otorgar el galardón a la obra “NARCOMEX. HISTORIA E HISTORIAS DE UNA GUERRA”, del autor RICARDO RAVELO, publicado por la editorial Debate; un retrato vivo y revelador que explica el avance de las redes del narcotráfico en México, así como el poder político, económico y social que ejercen en dicho país. Y para constancia firman la presente José Manuel Estébanez Izquierdo, Fritz Glockner y Paco Camarasa.
2. PREMIO CELSIUS
En Gijón, a 12 de julio de 2013, reunido el jurado del premio Celsius, formado por Julián Díez, Jesús Palacios y Fernando Marías, deciden por unanimidad otorgar el premio a “CENITAL”, de EMILIO BUESO. Firman: Jesús Palacios, Jesús Díez y Fernando Marías.
3. PREMIO DASHIEL HAMMETT
En Gijón, a 12 de julio de 2013, reunido el jurado del premio Hammett, compuesto por D. Carlos Salem, D. Gregorio Casamayor, D. Miguel Barrero y D. Ignacio del Valle, decide por unanimidad conceder el galardón a la novela “CÁMARA GESELL”, de GUILLERMO SACCOMANNO, por entender que constituye un magno empeño narrativo y un fresco minucioso de la descomposición de la sociedad. El jurado destaca la alta calidad de las cinco obras finalistas.
4. PREMIO MEMORIAL SILVERIO CAÑADA
En Gijón, siendo las 19 horas del día 11 de julio de 2013, se reúne el jurado del premio Silverio Cañada, compuesto por Mariano Sánchez Soler, Marcelo Luján y Alejandro M. Gallo, y decide por unanimidad otorgar el premio a la obra “LA SOLEDAD DEL MAL”, del escritor HORACIO CONVERTINI.
5. PREMIO ESPARTACO
En Gijón, a 11 de julio de 2013, reunido el jurado constituido por Dña. Pilar Sánchez Vicente, D. David López, D. Rafael González Ruiz y D. Alfonso Mateo-Sagasta, después de una larga y ardua deliberación, deciden otorgar por mayoría el premio Espartaco de novela histórica Semana Negra a D. JAVIER GARCÍA SÁNCHEZ por su novela “ROBESPIERRE”.
6. PREMIO XXVI CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS POLICIACOS
Reunidos el 6 de julio en el Hotel Don Manuel D. Guillermo Saccomanno, Dña. Elia Barceló y Dña. Ana Merino, tras una larga discusión, acordaron que “TODOS MUERTOS”, de Lola Sanabria García, era el cuento ganador, siendo el primer finalista “Mujeres”, de Elmer Córdoba, y el segundo finalista “Homicidio”, de Rubén Gonzalo.
Además de estos premios habituales, este año la Semana Negra estrena premio. Se trata del SN-BAN: Entre los autores españoles que han participado en la XXVI Semana Negra, el escritor premiado recibirá una invitación para el festival Buenos Aires Negro (BAN) del año que viene -2014-, que se celebra en la capital argentina durante el mes de agosto. Del mismo modo, un autor argentino participante en la edición de este año del BAN será invitado a la próxima Semana Negra de Gijón.
El autor ganador del primer premio SN-BAN ha sido ALFONSO MATEO-SAGASTA.
Por las sinopsis que ofrecieron a la prensa de sus obras, todos los galardonados merecen ser leídos. Me pareció particularmente interesante la novela “Robespierre” de Javier García Sánchez, premio Espartaco 2013 a la mejor novela histórica escrita en español.
Se trata, por lo tanto, de una novela histórica, pero a pesar de mi poca afición a ese “subgénenero” que “ni es Historia, ni es novela”, la he comprado con la intención de leerme sus más de mil páginas este verano y de reseñarla con detenimiento, porque me parece verdaderamente excepcional. Se trata de una nueva versión de la Revolución Francesa, centrada en el Terror. No tanto para ensalzar a los mártires, sino para denunciar a los verdugos. Del 10 Termidor, en que fue asesinado Robespierre, derivaron el bonapartismo, crucial para España, la Restauración o la Comuna de París de 1871: en suma, toda la historia contemporánea. “¡Qué no nos engañen más!”, exclamaba con vehemencia el autor. Fue la primera gran conspiración de la Historia, urdida por la banca, la nobleza y la izquierda, pues, como siempre se ha dicho pero como demuestra García Sánchez con todo lujo de detalles en esta obra, “la Historia la escriben los vencedores”. Independientemente de su contenido, como señaló repetidamente Paco I. Taibo, el libro está escrito con un estilo excepcional.
Otro punto memorable es el pintoresco encanto de las noches en Gijón. Durante los primeros días reinó una misteriosa niebla. Luego subieron las temperaturas y la ciudad perdió sus velos fantasmagóricos, pero ganó una cristalina belleza, con la cálida iluminación de sus edificios y monumentos y sus largos paseos marítimos.
Mis amigos Nacho del Valle y su esposa Denise me invitaron a descubrir un poco de “Gijón la nuit”. Un paseo por calles peatonales, el mar de noche, una vista impresionante de la ciudad iluminada desde las alturas, y una cena memorable en una famosa sidrería que rebosaba de clientes más que alegres, donde presencié por primera vez cómo escancian esta bebida y el ritual de tomarla (¡tan diferente de cómo lo haría un bretón!).
Pero lo que todos los que han asistido a la Semana Negra recuerdan con mayor cariño es sin duda las interminables charlas nocturnas en la terraza del hotel Don Manuel. Es el punto de reunión de los veteranos del Festival, durante todo el día y toda la noche, y entre los escritores se crea una amistad cómplice y alegre, discusiones apasionadas, chistes, risas, recitales de poesía, proyectos y confidencias, que a más de uno le evocan nostálgicamente las pandillas de los felices veranos de la infancia.
La Semana Negra crea adicción: tal vez por eso, porque, al fin y al cabo, más o menos cultos o ilustrados, los artistas son personas que siguen jugando con la imaginación, que para poder crear siguen jugando. Siempre seguiremos siendo niños grandes.
Cuánta información – buena información – y qué gran trabajo. Gracias, Helena, por hacernos partícipes -con tanta frescura y maestría a la vez- de lo ocurrido esta Semana ( con más de 7 días y sus correspondientes noches, a lo que se ve ) y escribir unas crónicas que considero históricas. Para los que hemos tenido que percibir las cosas a distancia, tus artículos han sido, son, algo más que una -magnífica- referencia de sucesos. Conseguir que la palabra escrita se convierta en imagen directa, y trasladar, no solo los hechos, sino el clima que los enmarca, demuestra una capacidad literaria y periodística fuera de lo común. Fantástico, Helena, un trabajo realmente espléndido. Fluido, dinámico, alegre, bien escrito y con una visión personal tan exacta e inexacta ( por el valor añadido de lo subjetivo ) que hace que la lectura se enganche tanto a lo vivido como a lo imaginado. Como dije en otro comentario: literatura pura en cada línea.
Helena.Estuve siguiendo por la COPE todo lo de la Semana Negra de toda las maneras muchas gracias por haberme mandado lo de la Semana Negra yo ahora estoy terminando de leer la historia de España deJosé María Pemán es a su estilo muy bien narradacomo si fuerauna novela muy a mi estilo subió católica borbónica me gustan los escritores que no se apartan de sus ideas sean borbónicos o republicanos como Blasco Ibáñez no son chaqueterosun abrazo muy grande gracias
HELENA Todo lo que comenta Emilio Porta es pura realidad, si señortienes frescura y maestria en todo lo que escribes y en las estrevistas, se ve en ti una gran escritora y comunicadora,Lo vivdo, es por lo mucho que has viajado,y la imaginación es cosa, que tu plasmas con una frescura, que lo que se lee cala en el verdadero lector de la buena literatura.Espero mandarte ellibroque te tengo reservado.un abrazo