Blogueros, autores, músicos, periodistas, todo esto y más es lo que os podéis encontrar en las redes sociales. Muchos de ellos comparten enlaces muy interesantes que hacen que olvides el tiempo que pasas frente al ordenador, su conversación es amena y en ocasiones incluso capaz de alegrarte los temidos lunes, pero también existe una gran parte de usuarios que todavía no saben usar las redes sociales.

En algunos perfiles la publicidad es machacona y cada treinta segundos te anuncian su post, single o novela, pensando que un estilo de venta agresivo les llevará a alguna parte.

No soy la primera ni seré la última en recibir mensajes de gente que ni siquiera conozco anunciándome su “producto” y esto, lejos de despertar mi curiosidad, me parece una falta de educación, es como si llevaran un cartel luminoso diciendo: “No me interesas más que como posible consumidora, cómo y quién seas no es importante”.

Pues sí señoras y señores, quienes son tus posibles clientes es importante, no se puede ejercer de virus esperando a que suene la flauta, es una mala política.

Hace un  tiempo una agrupación de autores bastante conocida se dedicó a este tipo de práctica, el resultado fue la pérdida masiva de seguidores, el motivo no es que a las personas que les seguían dejasen de interesarse por la literatura sino que las redes están para interactuar, a nadie le gusta hablar con la pared.

Alguna vez me ha pasado (concretamente esta misma mañana me ha vuelto a pasar) que abro el correo y me encuentro con el trabajo de alguien pidiéndome que lo lea y lo valore, esa persona que se toma la molestia de investigar para dar con mi correo electrónico no tiene la deferencia de mandarme un mensaje anunciando su intención, y por supuesto, yo tampoco me  voy a molestar en valorar su trabajo.

Hay incluso algún usuario o empresa que me ha llegado a pedir el teléfono, podría decir que no es por desconfianza que no se lo doy pero mentiría. Yo no le pido a nadie información personal en las redes sociales, cuando trato asuntos de trabajo, como alguna colaboración, no utilizo Twitter o Facebook sino mi correo personal, las redes solo sirven como contacto inicial y todos sabemos los peligros que se corren al exponer datos en público.

Y luego están los blogs, muchos de sus administradores se dedican a etiquetarte y mandarte el consabido mensaje: “Te dejo mi nueva entrada en el blog X, espero tus comentarios”.

Tengo que decir que la verdad es que muchas veces por falta de tiempo o para no despistarme, he pedido a varios administradores de algunos blogs que me envíen sus links porque son de mi interés y no quiero perdérmelos, pero todos los demás harían mejor en poner titulares capaces de llamar la atención en vez de perder tiempo en enviarlo a todos sus contactos, puedo aseguraros que pocos lo leerán por interés, la mayoría lo hará por que se sienten obligados, y eso a la larga es contraproducente porque en un momento u otro te eliminarán de sus listas por pesado.