Facebook Twitter Gplus LinkedIn
magnify
Home Posteando Día das letras galegas. Gracias Rosalía.
formats

Día das letras galegas. Gracias Rosalía.

Publicado en 17 mayo, 2013 por en Posteando

En la madrugada del 24 de Febrero de 1837  nació de nuevo el idioma Gallego bajo el nombre de María Rosalía Rita, más conocida por todos como Rosalía de Castro.

Su vida está marcada por la lucha desde el principio, hija natural de un sacerdote (José Martinez Viojo) y de una mujer soltera con  escasos recursos económicos ( María Teresa de la Cruz Castro y Abadía), fue inscrita como hija de padres desconocidos.

Si bien la sociedad Gallega tiene una actitud más abierta que otras frente a los hijos naturales, ser hija de un sacerdote creó susceptibilidades. Parece que este hecho marca profundamente la forma melancólica en que concibe el mundo Rosalía debido a su carácter sensible e inteligente.

Escritora precoz,  compuso sus primeros versos a los 12 años, a pesar de que no costa que recibiera más estudios que los reservados para las mujeres de aquella época que se limitaban a las artes de dibujo y música, terminó siendo considerada, junto con Gustavo Adolfo Becquer, como la precursora de la poesía Española moderna

Por eso extraña, que una mujer de origen oscuro y silenciado en varias biografías debido al sacerdocio de su padre y en pleno siglo XIX, época en la que la lengua Gallega había sido reducida a un mero dialecto repudiado socialmente y tratado como una lengua de gentes sin cultura, se atreviera a desafiar a todos con sus Cantares Gallegos.

No muchos saben que por aquél entonces hubo que retomar el idioma y  partir desde cero ya que todo documento escrito en este idioma se había “perdido”.

Esa tarea fue todo un reto ya que constituía un gran desprestigio social y más tratándose una mujer. Fue su marido, Manuel Muguía, historiador y destacado impulsor del “Rexurdimento Galego” el que la animó a escribir, ya que ella prefería ocuparse de su familia y no quería ningún tipo de fama.

Llama la atención la delicadeza de la descripción de sus últimos momentos de vida en su casa de La Matanza donde reúne a sus hijos y les encarga quemar los trabajos literarios que dejaba sin terminar, pide además un ramo de pensamientos, su flor preferida y sufre un ahogo al llevársela a los labios, tras esto comienza a delirar y le pide a su hija Alejandra que abra la ventana para poder ver el mar, cierra los ojos y expira.

Voy a dejar un extracto de su obra (en Gallego y Castellano)  en el que con su habitual carácter reflexivo y autocrítico, esta gran mujer dotada de una increíble sensibilidad y acierto para la escritura, duda de su vocación y se pregunta para qué escribir repitiendo lo que ya plasmaron otros

 

Vaguedás                                                                 

 
Ben sei que non hai nada
novo en baixo do ceo,
que antes outros pensaron
as cousas que hora eu penso.

E ben, ¿para qué escribo?
E ben, porque así semos,
relox que repetimos
eternamente o mesmo.

Diredes destes versos, i é verdade,
que tén estrana insólita armonía,
que neles as ideas brilan pálidas
cal errantes muxicas
que estalan por instantes,
que desaparecen xiña,
que se asomellan á parruma incerta
que voltexa no fondo das curtiñas,
i ó susurro monótono dos pinos
da beiramar bravía.

Eu diréivos tan só que os meus cantares
así sán en confuso da alma miña
como sai das profundas carballeiras
ó comenzar do día,
romor que non se sabe
si é rebuldar das brisas,
si son beixos das frores,
si agrestes, misteirosas armonías
que neste mundo triste
o camino do ceo buscan perdidas.

Cando era tempo de inverno,
pensaba en dónde estarías;
cando era tempo de sol,
pensaba en dónde andarías.
¡Agora… tan soio penso,
meu ben, si me olvidarías!
Vaguedades

 


Bien sé que no hay nada
nuevo bajo este cielo,
que antes otros pensaron
las cosas que ahora yo pienso.

Y bien, ¿para qué escribo?
Bueno, porque así somos,
reloj que repetimos
eternamente lo mismo.

Diréis de estos versos, y es verdad,
que tienen extraña insólita armonía,
que en ellos las ideas brillan pálidas
como errantes chispas
que estallan por instantes,
que desaparecen enseguida,
que se asemejan a la bruma incierta
que se agita en el fondo de las huertas,
y al susurro monótono de los pinos
junto a la mar bravía.

Yo os diré tan sólo que mis cantares
así salen en confusión del alma mía
como sale de los profundos robledales
el comenzar el día,
rumor que no se sabe
si es retozar de brisas,
si son besos de flores,
si agrestes, misteriosas armonías
que en este mundo triste
el camino del cielo buscan perdidas.

Cuando era tiempo de invierno,
pensaba en dónde estarías;
cuando era tiempo de sol,
pensaba en dónde andarías.
¡Ahora… tan sólo pienso,
mi bien, si me olvidarías!

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *