Lo estoy viendo venir.
España está al borde de la hecatombe. Aun así, en unos años, el ciudadano español de a pie, hablará ingles y tendrá su idioma natal como segunda lengua; tomará el té de las 3 con croisants mientras danza al son de la música polka.
Porque nos estamos “europizando”. Porque nos hace falta. Porque somos el país más atrasado en nivel de vida de la Union.
Es por ello que el Gobierno propone hacer un estudio socioeconómico con el fin de aceptar la propuesta que ha llegado a sus manos: cambiar el uso del huso.
Según “estudiosos” de nuestro país, nuestra posición geográfica no coincide con nuestro huso, por lo que no deberíamos mover nuestros relojes en verano y otoño.
¿Cuánto han tardado en darse cuenta de ello?
Nosotros ya usábamos el huso de Greenwich (el que nos pertenece) desde 1884, cuando se estableció la medida universal del día. Unos cuantos años después, en 1942, mientras en Europa se daban de palos para ver quién era el más bruto, aquí se decidió variar el huso europeo occidental con el fin de conseguir un importante ahorro energético.
¿En serio? Vamos, no me jodas.
Y resulta que hasta el día de hoy nadie se ha cerciorado de esta situación anómala. Eso sí, dicen que se cambiará para “racionalizar los horarios”. La cuestión es metérnosla doblada como con el Euro, o la ley de extrangería de Gonzalito, o tantas otras monumentales heces (por no decir mierdas) que nos hacen comer.
¿Por qué no utilizan ese estudio socioeconómico para comprobar el nivel de vida al que nos tienen sometidos? Porque les da igual, se las suda que no lleguemos a fin de mes y comamos coscurros duros mojados en leche ágria.
Luego sale un comunicado diciendo que la nación está triste por la marcha de tantos jóvenes al extranjero (entre ellos mi señora esposa que parte hacia Munich este mismo mes), que se sienten traicionados y consideran perdido todo lo invertido en sus estudios.
Me voy a ahorrar la respuesta, pues sé que todos pensáis la misma.
Por mí que se metan el huso donde les quepa, ya sea en horario inglés o en español.
Lo peor es que parece que nuestros señores dirigentes han perdido uno de sus sentidos, y os preguntaréis,
– ¿Él oído? ¿Ya no escuchan al pueblo?,
– pues no
– ¿La vista? ¿No ven lo que está pasando?
– tampoco
– ¿Él tacto? ¿No van con cuidado para hacer las cosas?
– no, no, ninguno de esos, lo que han perdido es el SENTIDO COMÚN que por desgracia hoy por hoy es el menos común de los sentidos.
Chapó, Égaru!!!