Acá el personaje es la escritora. Ella está esperando que Azul (el personaje que ella cree haber inventado) le dé vida. Habrá que despertarla poniéndole una vida. Habrá que inventarle un dios y enseñarle a escribir. Ponerle un destino erróneo al mar o será dar de cara al naufragio cada vez. Acá el personaje se olvida viendo la ventana abierta. No sabe decir. Hay el lenguaje del mundo desencajado. Bendita sea la escritora cuando el hueco deje de llamarse paraíso. Bendito sea Azul cuando sepa hacer del mapa una juntura de textos para crearla. Un personaje creando a la escritora. Una escritora que fuera posible.
Ella quiere amor. Y espera.
Azul no cree en el destino, pero le adhiere un barco y un avión a ningún lado. Y espera, también.
de Te Amo en Madrid, cap.4