Dada la exacerbación del intelecto propia de nuestra época, el fenómeno moderno por excelencia, escribía Cioran, está constituido por la aparición del ‘artista inteligente’. Es decir, del artista que se encuentra empeñado en reflexionar sobre su obra, en las consideraciones de método que esta desprende, muchas veces incluso más que en realizarla. En el presente,