El pensamiento de Antonio Escohotado rehúsa toda clasificación. Cualquier decir preciso sobre él se vuelve inexacto. Impaciente por destruir mitos, o por crearlos, la energía de su análisis es presa de una lucha permanente contra el conformismo. Sus especulaciones, incapaces de sedimentarse en la trivialidad, son llamaradas que instigan la reflexión, pues sobre nuestras certidumbres gusta