Fiel amigo del escándalo, el exceso y la provocación, Josep de Maistre –opositor virulento de las ideas de la ilustración y la revolución francesa-, escribió: “Si en pleno invierno un hombre ordenase a un árbol ante mil testigos que se cubriera súbitamente de hojas y de frutos, y el árbol obedeciese, todo el mundo quedaría