Las novelas están tan vivas que de repente un día recibes un mail de uno de tus personajes y te quedas de piedra. Primero os pondré en antecedentes y después os explico de qué se trata.
El 1 de septiembre se cumplió el 15 aniversario de la muerte de Eduardo González Arenas, protagonista de mi novela Yo jugué con un asesino. Para los que no habéis leído el libro os diré que Eduardo dejó una huella imborrable en la historia de este país y os invito a ver el booktrailer enlazado al final del post. Sé que aún hay gente que le venera, le recuerda y sigue defendiendo lo que hizo, algunos incluso me acusan de hacer apología de su asesinato porque en la lectura ven una defensa hacia el asesino de Eduardo, Juanito. En primer lugar quiero aclarar que para nada defiendo el asesinato ni ningún tipo de venganza. Me he limitado a narrar una serie de hechos en los que se enfrenta a un pederasta y a un chico que decidió tomarse la justicia por su mano. No estoy ni de un lado ni de otro, ahí radica la difícil tarea del periodista, en la imparcialidad, sin embargo, cuando se trata de ir más allá de la información y novelar unos hechos… Ahí nos topamos con la literatura y sus licencias.
Aclarado esto me gustaría contaros algo que me ha pasado recientemente y contar con la ayuda de los internautas para resolverlo. Se trata de Iván González Baez, el hijo que Eduardo tuvo con Julia Baez Trujillo, nieta del dictador dominicano Leónidas Trujillo. El personaje de Iván (para mí hasta ahora era sólo un personaje de mi novela) ha cobrado forma y se ha puesto en contacto conmigo a través de mi página personal. Iván nunca conoció a su padre en persona pero sabe a lo que se dedicaba. Creció en Estados Unidos, su madre decidió abandonar a Eduardo cuando él era sólo un bebé. Julia nunca le ocultó el nombre de su padre pero se limitó a decirle que era: “Un hombre malo y enfermo”.
Al hacerse mayor, Iván decidió indagar en la red y averiguar qué era eso tan terrible que hacía su padre y que obligó a su madre a cruzar el océano para alejarse de él. Iván descubrió la historia de su padre como líder de la secta Edelweiss y sus relaciones con los menores de edad. Para Iván esto fue algo muy doloroso, sin embargo, descubrió que él no había sido el único hijo de Eduardo. Ese es el motivo por el que Iván recurre a mí. Para encontrar a su medio hermana y conocerla.
Los pocos datos que tenía hasta ahora sobre los dos hijos del líder de Edelweiss, alias Eddie, se van ampliando pero aún así son insuficientes para ayudar a Iván a encontrar a su hermana. Se trata de una niña nacida en marzo de 1984, su madre se llamaba Esther y era una de las pocas mujeres que formaron parte en las filas de Edelweiss. Por lo que se sabe, la niña fue dada en adopción y se la entregaron a una familia de Sevilla, según le han dicho a Iván. Sé que los seguidores de Eddie siguen recorriendo la red en busca de todo lo que se publique entorno a él, pues bien, quiero pediros que dejemos de lado el pasado y que ayudemos a dos hermanos a encontrarse en el presente. Lo que hiciera su padre era cosa de él, pero sus hijos no tienen porque cargar con el peso de sus consecuencias.
Si alguien tiene alguna información sobre la hija de Eddie dada en adopción sería de gran ayuda.
Gracias y que tengáis una buena semana.
Es incríble!! No me extraña que te hayas quedado de piedra…