Hasta hace pocos años soñaba con una imagen recurrente.
Me veía en plena noche junto a la puerta enrejada que daba acceso a las Casas de Marina donde pasé mi infancia. La luz encendida del portal del fondo, en el cual vivíamos, me reclamaba hipnótica. Avanzaba hacia el portón, empujaba la puerta y acto seguido, buscaba en el buzón de correos una carta a mi nombre que nunca hallaba.
Desde que abandonamos aquella residencia –hace tanto tiempo–, siempre que vuelvo por Cartagena y también a la noche, cuando detengo el coche en el semáforo que regula el tráfico frente a aquellas casas del paseo Alfonso XIII, no puedo evitar volver la mirada hacia el interior del patio y a aquellos bloques de viviendas con las ventanas y las puertas pintadas de verde.
Y no puedo evitar tampoco, sentir cierta melancolía.
Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. No me atrevo a suscribir esa afirmación tan rotunda, pero si puedo asegurarles que aquella etapa de mi vida fue, con total seguridad, la más feliz.
Aquel tiempo nos marcó a los niños del patio –había tres patios, en nuestra jerga: el de alante, el de en medio y el de atrás–, con un sello propio, porque aquellas casas no fueron solo un lugar donde vivir, fueron también, una escuela de aprendizaje y supervivencia.
Una época de austeridad auxiliada con los precios baratos del Economato y la Farmacia de Marina, que ayudaron a nuestros padres a sacarnos adelante, porque cada familia era un pequeño cuartel.
Fueron decenas de ellas las que vivieron en aquellas casas, pero recuerdo siempre a las más emblemáticas: los Ruiz, que eran ocho o nueve hermanos, los Acosta, que eran once o doce, los Miranda, que eran otra tropilla, los Álamo, los Artero, los Navarro, los Oliver, los Norte y mi familia, que éramos seis.
Todos de un padre y una madre, pues había canarios, andaluces, gallegos, catalanes, mallorquines, cartageneros y del último rincón de España, pero nos igualaba un denominador común, no necesitábamos un traductor para entendernos entre nosotros, como hoy en el Senado.
No teníamos videoconsolas, ni ordenadores, ni teléfonos móviles, ni ropa de marca; ni íbamos a campamentos de verano a aprender inglés, ni nos llevaban a ballet.
Pero teníamos el patio.
Allí, los niños fuimos, el Capitán América, Spiderman y el Capitán Trueno. Nos batimos como consumados espadachines y nos lanzamos en paracaídas sobre la isla de Java; y cómo no, cruzamos los océanos en nuestros submarinos con los mandos pintados con tiza sobre la pared.
En aquel paraíso, jugamos a policías y ladrones, a la pillá americana, al pañuelo, a los rompis, y a las chapas. Nos convertimos en maestros del guá con las canicas y dominamos el arte de bailar las peonzas, a las que llamábamos trompas. Fabricamos escopetas de gomas y nos espachurramos las espaldas jugando al chinchemonete al grito de: ¿Churro, mediamanga o mangotero? ¿Cuál es el primero?; pero sobre todo, jugamos al fútbol, actividad ésta a la que le dedicaré unas líneas especiales.
Porque en aquellas casas, no estaba permitido jugar al fútbol.
Lo prohibía el todopoderoso conserje. El señor Eusebio –de aquella no controlábamos el uso del señor y del don–, un empleado de la Maestranza que vestía uniforme y llevaba la gorra de plato ligeramente levantada como un Humphey Bogart de andar por casa. A su mujer, que necesitaba un recambio urgente de sus prominentes incisivos, la llamábamos coloquialmente, la coneja, pues de todos es sabido, que no hay nada más cruel en el mundo, que un niño con mala leche.
El caso es que cuando acordábamos un partidillo clandestino, al punto aparecía por allí el señor Eusebio para secuestrarnos el balón que arrestaba convenientemente en uno de los sótanos bajo su control.
Entonces, como potenciales aprendices de infantes de marina, planeábamos todos los meses un golpe de mano para rescatar los balones capturados y al final, siempre ocurría los mismo. El Tentín –de la familia de los Ruiz–, tomaba la iniciativa y le echaba un par de pelotas para recuperar las nuestras.
–¿Cómo has hecho para abrir la puerta del sótano? –le preguntábamos ansiosos cuando le veíamos aparecer con nuestros redondos tesoros.
–¡No preguntéis! ¡No preguntéis! –respondía el Tentín iniciando la fuga.
Las niñas, por su parte, jugaron a la comba, al elástico, al testé y a las cuatro esquinas. Disfrutaron con sus cocinitas y sus muñecas, soñaron con sus cantantes favoritos y consiguieron evitar día tras día, que nosotros les levantáramos la falda a la menor ocasión.
Juegos que a veces se interrumpían cuando varios de los niños que participaban, todos hermanos, salían corriendo en dirección a la puerta, al ver a su padre regresar a casa y entonces, se podía ver la estampa de un curtido hombre de la mar, con la gorra de plato bajo el brazo y la emoción hecha un nudo en la garganta, recibiendo los besos de sus hijos tras varios meses de navegación.
De aquella, nuestras excursiones fueron cortas. Si acaso al cine de verano de los Juncos a ver películas de Tarzán y al quiosco del señor Pedro a comprar chicles Bazoka y polos de dos pesetas. No necesitábamos a un mundo que por lo visto, era mucho más pequeño que el que albergábamos en nuestra imaginación. Y como la oferta televisiva se limitaba a dos canales, ya nos ocupábamos nosotros de repartir nuestro tiempo organizando tómbolas con nuestros juguetes viejos y dedicándonos al tráfico. De tebeos.
Sí, porque cuando caía la noche, antes de meternos en la cama –a la hora que los niños se iban a la cama–, pedíamos permiso para ir a casa de un compañero de correrías a cambiar tebeos.
–Mamá, me voy a casa de Juanico Miranda a cambiar tebeos.
–¿Pero Juanico no ha sido el que te ha tirado el diente?
–Sí. Y yo le he hinchado un ojo, pero ya somos amigos.
Así eran las cosas entonces, los enfados duraban poco y el sabor de los chicles duraba mucho.
Hoy, aquellos niños, convertidos en hombres y mujeres, hemos vuelto a contactar por una de esas oportunidades que de vez en cuando nos regala la vida, para que valoremos las cosas que realmente importan, como son, la amistad y el cariño. Y les aseguro que no voy a desaprovechar tal ocasión.
La única pena es, que la Cuqui y la Maria Antonia se habrán cambiado el peinado y ya no podré tirarles de las coletas.
Los niños del patio
Agencia Literaria Página Tres
Pues sí, cada uno es feliz y recuerda con cariño, lo que le ha tocado vivir.
Gracias por esas palabras ,espero lo lean todos . y es tal cual ,un beso amigo.
Me ha gustado mucho esta remembranza. Realmente en cualquier parte del mundo, antes era así, al poco tiempo de una pelea los niños se “amigaban” y a veces se convertían en los mejores amigos, luego de una buena paliza propinada mutuamente.Hoy, que tanto ha cambiado todo, sólo piensan en el desquite o la venganza, aún entre niñas, y suben las crueles riñas desde un celular a las redes, mientras los propios compañeros las instan a seguir, como en las mejores épocas de los romanos.
Saludos compañero escritor.
Norma
…….yo pertenecí y viví esa generación……..cada vez que visito a mis padres, que aún viven allí, mi mirada repasa todo el entorno, e incluso en alguna ocasión he ído al patio de atrás, donde se disputaban esos partidos clandestinos……….y me quedo mirándolo con cara de tonto………..la nostalgia me traslada 37 años atrás…….en fin………felicidades por el artículo de bitácora……me ha gustado.
Un saludo a todo/as aquello/as que vivieron y DISFRUTARON de esos dichosos años.
Gracias Miguel Ángel por aflorarnos a la memoria con tus recuerdos esos momentos de la niñez tan entrañables que de alguna forma tan parecida vivimos los que ya, como yo, tenemos cierta edad 😉 Me ha encantado la publicación!
Soy el mayor de los Acosta,somos 11 hermanos.Muy buenos recuerdos tengo del patio y de aquellos años.Un saludo paisano.
Me ha encantado es tal como lo recuerdo
Cuantos recuerdos es tal como era me ha encantado
Yo nací en el numero 4, en el entresuelo, y tengo también unos buenos recuerdos de todos esos años
Madre mia como ha pasado el tiempo. Que recuerdos del Sr. Eusebio y la Sra Maria. Al leer tus palabras recuerdo las tardes de los viernes jugando al elastico, a la comba y a las tabas. Todo el patio lleno de niños y niñas y nos lo pasabamos de lujo. Los sabados por la mañana ibamos al economato de marina a comprar y puff…
Mi hija y mi sobrina a veces, pero en muy pocas veces, bajan a jugar un ratito a la pelota, porque mis padres todavia viven alli.
Me ha encantado. Gracias
Eres un gran escritor,y excelente narrador ,estoy seguro que has emocionado a mucha gente entre los que ,me incluyo ahora que soy militar(18 años ya) lamento mucho haber pillado esta epoca tan mala ,sin economato jeje bueno sin nada y desde luego sin los grandes valores humanos que antes existian
un abrazo enhorabuena y espero conocerte
La verdad que todo lo que as dicho es la verdad y
,yo también recordaba esos tipos tan felices
Pero al leerlo de otra persona me a tocado el alma
Y en un momento pensaba que estaba en el
Patio . Gracias Miguel por esas líneas que me an
Llevado a unos de mis mejores recuerdos de la niñez
Gracias por hacerme volver a aquellos años,ha sido como volver a vivirlos,
me he emocionado, me veía corriendo detrás tuya para devolvertela y que pocas veces te alcanzaba(alguna de vez en cuando)
Un besazo y espero verte pronto.
Gracias una vez màs Miguel , no me canso de repetirlo pues los valores que has plasmado en ese articulo , tal vez sean muy dificles de entender para nuestros hijos , pero ellos ya lo han leido , mejor dicho yo he sido el narrador . Lo he hecho con tanto ènfasis y sentimiento a la vez que me he emocionado .Ellos mirandome sorprendidos y no dando crèdito a mis melancòlicas y quebradas palabras por la emociòn que emanaban de mì , tal vez esto les haga comprender que sin tecnologia punta tambien se puede ser feliz. Y tal vez con tu articulo se den cuenta que actualmente son unos privilegiados . Gracias vecino
para los que no os acordeis, mi nombre en aquella epoca era el Monchi, el pequeño de los cachafeiro.
joder yo llegue alli con 5 años voy por los 50 y todavia sigo yendo.
Muchos somos los que nos seguimos viendo del patio y os digo a los que ya no nos vemos, que cuando ves a uno del patio es como los que iban a vietnan , ¡ somos del patio! y hay un colegueo especial.
a miguel angel ( el jesuita) le han faltado otros ilustres, toni rios, los veiga, los artero, los ñiguez, los abundio, el lapa, los moreno( pocholo y el el nini), los juarez, etc…..
todavia recuerdo al javi norte con 20 años vestido de daniel boom, o al toni rios con una escoba detras del Sr. Eusebio con el palo de un a escoba por que le habia quitado una pelota y etc
Mariano Norte y su asociacion de protectores de los animales o las hostias que me dieron los oliver, los ruices y a todos los que le dio la gana.
motes ilustres que iba poniendo juanito miranda: el fiebre amarilla, el mistico de trueno, biscute el loco, etc….
saludos a todos y haber si sale esa comida , coño en el patio de enmedio con un catering y despues un arriba españa gallega en el de atras.
Me acuerdo de ti Moncho que tiempos………..bueno lo bueno es recordar
caha la niñas tambien teníamos protagonismo ,
las melli Deli y Mari,Ana Fructuoso
Sole Medraño ,Conchi Vila,Antoñita Cheda,Maite Alamo ,Bea Abundio,Chiqui Y Loli Juarez,Cariqui y Merche Medraño,Caruchi
Munar,Las Amate,Loli y Ana Ñiguez,Rosa y Sebas,Tere Artero y Hermanas ,Beni Acosta,……..tantas otras y sobre todo mi querida amiga Espe Cachafeiro.El patio sin caer en añoranzas es especial
Creo que con este articulo,nos llevastes a todos,30 y tantos años atrás,y sinceramente amigo,en los tiempos que corren,la añoranza y el recuerdo siempre son bienvenidos.Gracias,enhorabuena,y como no podía ser de otra manera,un gran abrazo de un amigo que aunque mas reciente en el tiempo,también compartió contigo otros juegos e inquietudes.Has hecho muy bien en dar una “colleja” a nuestras vidas y hacernos regresar a aquellos años.Lo dicho.Gracias Miguel.
Nadie puede describir el patio de las casas de marina si no ha vivido alli.A tú maravillosa descrípción voy a puntualizar una cosa ,El señor Eusebio no escondía los balones y otros objetos como tirachinas en un sótano lo hacía en su caseta que estaba a la entrada de la Berja (también con un encanto maravilloso )antes de su remodelación.Me gustaría recordar a todos una leyenda urbana que nunca se cumplio…..la piscina que todos los años iban a construir en el patio de atrás .
Añoranzas del tiempo pasado ,donde padres que ya no estan venían con su uniforme gris y cada tribu salía a besar al suyo.Gracias Mieguel Angel
No tengo palabras. Ya lo habéis dicho todo y hay que dejar algo para la comida. Continuaremos.Besos a todos/as
Gracias!! No lo podiamos haber expresado mejor cualquiera de los que hemos vivido alli, lo que cuentas es tal y como era. Sin duda tenia algo mágico
aquel patio, estaba vivo e hizo que pasaramos una infancia muy feliz.
Un beso a todos
Yo también soy de esa generación…llegué con 7 años y aún mi madre vive allí..y si, creo que en pocos lugares se pudo crear el micromundo que se creó en esos Patios..las vivencias fueron multiples y las enseñanzas también..como en algún comentario he leído, es como si los del Patio estubieran marcados con un algo especial un que se yo..
Se han nombrado a mucha gente..y a todos los recuerdo con cariño, pero a mi me gustaría recordar de forma muy especial (se que hay mas faltos)..a mi amigo/hermano “El Pele”..
Todavía hoy recuerdo como recien llegado Juanico Miranda me dio a entender “muy sutilmente” cual era mi lugar allí..hoy en día le tengo en grán estima y le considero un buen amigo..
Quiero recordar también esos partidos de futbol u lo que sea en pleno verano a las 4 de la tarde con una pelota de tenis y chanclas..no digo mas, o los partidos (ya mas serios) en el campo de las Rosas contra los hermanos gemelos, creo que Tizón…en fin…y el “corre la banda”..que alguno gritaba en esos partidos..
Enoharabuena Miguel Angel..por estas palabras que nos ayudan a entender quienes somos.
Ah..por cierto ya he sido corregido, era los hermanos Lizón…el Alemán va haciendo estragos…
eso es mentira yo no le pegue a nadie
A ver Juan. Evidentemente te he puesto como ejemplo por citar a una de las chicos más representativos del patio(a la gente que les pones cara después de tantos años) De los que más recuerdo, vaya.Obviamente tienes todo el derecho a protestar, pero entiende que eso que relato, es una licencia literaria, un recurso para un artículo, no una narración de un atestado policial. A mí no me tiraste ningún diente. Pero más de un coqui ya me diste, amigo. Y eso no quita que luego me fuese a cambiar tebeos a tu casa.Espero que de eso si te acuerdes.Perdona si te he molestado al escogerte para escenificar que las cosas nunca iban a más tras un rifirrafe.Un abrazo.
Te va a crecer la nariz compi…
¿A mi?
No, al Juanico..pos no dice que no calentó a nadie…
Ha sido gratificante volver a revivir aquellos años en el patio y las concentraciones en la verja para hablar de futbol..a modo de palomitas que empiezan a estallar asi meempiezan a brotar recuerdos y más recuerdos según voy leyendola historia..que parece propiamente interminable en vivencias, pues fueron muchisimos los recuedos que albergo, y me hacen sentir un ser privilegiado,recuerdo las clases particulares que me daba en su casa Alfonso Ruiz de mate con hojas amarillas, como jugabas tentin al futbol,no se como hacias con esas patas tan flacas para llevarte el balón, despues de todo aquello el patio fue muriendo poco a poco y desaparciendo la chiquillería..recuerdo como para olvidarlo q mi padre me prohibia jugar al futbol, y un dia alfonso mi vecino rompio un cristal con mi tango adidas naranja y mi padre me arresto 6 meses si ver la calle, sali a los 3 por buena conducta..en fin miles de cosas que no se me olvidaran aunque ahora vivo en ecuador y añoro aquello como los mejores momentos vividos..el olor a carne frita q salia por las ventanas…etc… manolo navarro un saludo amigo..un brazo a todos..
soy amigo de Tere y aunque no he vivido allí me trae recuerdos de mi infancia y me veo reflejado
Fuimos muchos más los niños que disfrutamos en ese patio toda nuestra infancia…. pues te has olvidado de los hijos y nietos de los que nombras, que tuvimos también la gran fortuna de disfrutar del patio, incluso antes de que lo “asfaltaran”. Soy el mayor de los nietos de Norte (por parte de madre) pero mis padres se conocieron allí en el patio (mi padre era el pequeño de los Galán, el cual ya falleció).
Me ha gustado mucho el artículo, pues a mis 33 también puedo hablar de un pasado lejano y feliz.
Ah! En mi época nuestro portero fue Paco y tampoco nos dejaba jugar al fútbol…, el muy canalla jijiji.
Joder me habéis hecho llorar. Que buenos tiempos y que recuerdos, yo aún voy todas las semanas para ver a mi madre y cada vez que abro esa puerta del PATIO me acuerdo de casi todo lo que comentáis.No recuerdo a Miguel Ángel, pero tío lo has bordado, enhorabuena.
saludos a todos, conocidos o no conocidos, pero todos somos del PATIO
Hola a todos , soy de los mellizos del patio (juan carlos y salva ) que vivíamos en el bloque C 3ºdrcha . Joder que partidos nos echábamos en el patio de atrás. Recuerdos a todos :tentin ( de los Ruiz )el quino ,el nico, el carlos,(hermano del raul y el Alfonso) el paez, Fernando caballero, marianin (hermano del Guti ),el herme, Inma castro , isa norte,y toda la gente de aquella época y otros que nos han dejado. Un saludo para todos.
Sois todos unos cabrones. Estoy un sabado por la mañana llorando a moco tendido en pleno ejercicio de mostalgia. Gracias por tantos y tan buenos recuerdos. Saludos para todos
Como me ha gustado leer todos vuestros comentarios. Hay cosas que no sabia y gente que ni conozco , pero me encanta ver como todos habeis escrito algo referente al patio, .un beso a todos
Muchas gracias por hacerme recordar donde pasé los primeros 17 años de mi vida.
Soy el pequeño de los Cejudo y puedo decir que yo nací allí, sí, alli mismo en 1959, no en Hospital de Marina (las ventanas de mi casa se ven en la foto), en el porton 4, mas tarde D.
Recuerdo con mucho cariño a Juan Piñero, Marino Norte (que en paz descanse),Antonio Berrocal, Alberto Martin Cros y mi gran amigo KECO, que murió cuando estaba haciendo el primero de bachilles, que Dios lo tenga en la gloria.
Un fuerte abrazo a todos.
Rafa.
HOLA .. NO SE SI TE ACUERDAS DE MI… SEGURO QUE DE MI HERMANO ANTOÑITO MUNAR …SEGURO QUE SI…ME HA EMOCIONADO TODO LO QUE HAS DICHO…DE VERDAD NO HE PASADO MEJORES MOMENTOS EN MI VIDA QUE LOS AÑOS DE MI “PATIO”…LLORO Y RIO PENSANDO EN AQUELLAS TARDES QUE DECIAN NUESTRS MADRES ..NIÑOS EL BOCADILLO Y AL PATIO…. ¿DE ALGUNOS DE NOSOTROS, DONDE ESTAN NUESTROS PADRES Y MADRES? DONDE SE ENCUENTREN ESTARÁN ORGULOSOS, Y DE VERDAD SERÁ UN HONOR VOLVER A REENCONTRARME CON TANTOS AMIGOS A LOS CUALES QUIZÁS SE ACUERDEN DE MI POR LAS PATADAS O TIRONES DE PELO QUE NOS DABAMOS…PESE A ESO…ESTOY ORGULLOSA DE PERTENECER A ESA ÉPOCA QUE HICIMOS HISTORIA…”LOS NIÑOS DEL PATIO”.
Me acuerdo de casi todos vosotros,yo vivia encima de los Miranda,en el tercero izquierda.
cuantos recuerdos..de mis amigas de la infancia Loli Costa,Esperanza Cachafeiro,Carmen Gloria,Ana Fructuoso,Mi compañera de colegi y amiga Emilia Artes……etc….etc
y los chicos los hermanos Bragulat,los Miranda,los de Abundio…el guti,javi oliver…q ya murio…..
cuantas veces he soñado con ese patio,con mi casa.
un fuerte abrazo a todos!!!!