Entre mis vicios públicos está el que me trato con gente bohemia. Ya saben, pintores y músicos, escritores, actores y toda esa patulea. Hace unas pocas lunas, mi amigo el actor Enrique Simón y yo, descorchábamos unas risas a esas horas en las que solo se encuentran levantados los butroneros y los que flirtean con las musas. O con las musarañas. Enrique igual se pone prosaico, que te chuta un cultismo impronunciable. Es un saltimbanqui de los palabros. Pero yo se lo perdono todo, porque no he conocido a un solo actor que no esté para atarlo a un chopo.
Bendita locura.
El caso es que en plena cháchara, me reconoció que había caído tan bajo, que hasta leía mi columna dominical en Culturamas…
–Deberías escribir algún día sobre el lenguaje del amor. Ya sabes, un viaje breve pero coñón por los diálogos amorosos a través de los siglos –sugirió.
–Iba a teclear una columna chupi para intentar lavar mi reputación. Después del artículo del muñeco hinchable, las feministas han puesto precio a mi prepucio –me excusé.
–Ya. Que no te atreves –retó.
–Yo me atrevo a escribir lo que haga falta –respondí todo chulito.
Y fue entonces, cuando me deslizó las tres palabras mágicas…
–¿Que no hay huevos? ¿Que no hay huevos?… –aullé indignado.
Llegados a este punto, si al igual que Enrique, ustedes ya han tocado fondo como lectores y siguen ahí embruteciéndose con este artículo, ya supondrán que he escarbado entre miles de antiquísimos manuscritos para plagiar en primicia estas perlas amorosas…
Fragmento de la Oda de Perséfone y Jenofonte.
Autor: Sófocles Chanclas. S III a C.
–¡Oh! Perséfone. Bálsamo de mis heridas. Sabía que te encontraría en la playa.
–¿De donde sales Jenofonte?
–De más allá del horizonte.
–¿Ya ha terminado la batalla?
–Vaya. Pero guardo para ti mi fuego. ¿Nos tumbamos sobre el espliego?…
–Si acaso luego.
–¡Por los dioses! ¡Por Zeus y Afrodita! ¿Dudas de mi amor ciego?
–A mí no me la das so hitita, ¡tú quieres hacerme un griego!
–Nada de eso. Te lo juro levantando mi mano de espartano.
–¿Me puedo fiar de ti, Jenofonte?
–Que sí mujer. Tú ponte…
Introito del Cantar de Gesta de Rolando de Chesterfield y Rosalinda de Doncaster. Autor: Se le atribuye al juglar veneciano, Pietro Avantitutti. Siglo XII.
–Heme aquí, fermosa doncella. Para veros he cabalgado en mi rocín, leguas sin fin.
E si fuera menester, llegaré hasta vos trepando por vuestras coletas.
–Sí, sí. Mis coletas. Vos caballero, os habéis fijado en mis…
–¡Callad morena! Y permitidme escalar hasta la almena. ¿No queréis que penetre en vuestra fortaleza?
–Penetrad en otra. Que sois un pieza.
–Acaso vive Dios, ¿no queréis yacer con el más valiente entre los valientes?
–Pues no. Que toda la corte sabe de vuestros antecedentes.
En Venecia se os conoce como Rolando Gonococo.
Que ya es pasarse un poco.
Y en Castilla, ese reyno que huele a incienso que espanta,
os hacéis llamar, Rolando Pichasanta.
–Pero yo os juro, bella Rosalinda, que mi amor es sincero.
¡Empeño mi palabra de caballero!
–Empeñad vuestro jubón, que vale más dinero.
Así que, bye Rolando. Que os vayan dando.
Breve acróstico del insigne poeta ferrolano Pepiño Po a Doña Francisca Cachafeiro. Primer tercio del siglo XIX.
Prisionero de tus carnes me hallo.
Apetitosas me parecen como cachelos.
Cuando podré hincarte el diente ¡carallo!
Alcanzo a gritarle a los cielos…
–Se habrá dado cuenta de que su nombre, es el verso más florido.
–Por mí, como si incluye el apellido.
–Me permitirá entonces, mi odalisca, mi ramito de albahaca,
que en lugar de Doña Francisca, la llame Paca.
Y ya puestos, Paca, si me enseña la peca… peco.
–Tiene usted mucho pico y vergüenza… poca.
–Es que lo veo y me desquicio. ¿Le parezco muy osado?
–Me parece que lo que quiere, es mi orificio rosado.
–Adiós entonces Paca mía, le dejo mis besos en su regazo.
–Adiós y cierre al salir, tío pelmazo.
Intercambio de mensajes en las redes sociales entre Kevin José y Vanesa del Carmen. La semana pasada.
–Ola Kevin!!!! Jajajajajajaja!!!! Sabes k? Jajajajajaja. Anoxe stube de fiestuki y esta mñna, al salir del afterhour (k pinchaba un Dj k te kagas) kmo staba to ciega me fui al studio del Jonatan y me puse un pirsing en el mimi jajajaja!!! y sabes k? Me ize un tatoo en un pezón!!! Jajajajajaaja. Ya he colgao las fotos en Twitter, en Feisbus y en Badoo. Jajajajaja!!! Las as bisto? Un kiss !!!
–Siiiiiiiiii !!! Jajajajajaja. K putiya eres kari!!!! XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!
En fin, sufridos lectores, visto lo visto, me embozo en mi capa y me vuelvo a mi siglo.
…güenísimo mai frend,tas lucío,eres el namber güan.ja!
https://www.youtube.com/watch?v=FvblnqfOU8c
me solidarizo con tu regreso al pasado.Espero que te guste
No me gustan las adicciones( dicen que son peligrosas ).Bueno….., quizá esta me la pueda permitir,si, solo me da satisfacciones,y no tiene efectos perjudiciales.
Definitivamente seguiré de una forma adictiva a Miguel Ángel cada domingo.
¡Alto! Espera un poco antes de conectar la máquina del tiempo, que me parece que somos bastantes los que nos vamos contigo. ¡Cuánto daño están haciendo “Mujeres y hombres y viceversa” y “Gran Hermano” al noble arte de la seducción!
Yo estoy contigo. Bueno, con vosotros. En lo de la tele tienes más razón que un Santo. Tambien me voy en la máquina del tiempo unos años para atrás.
Jajajaja como va cambiando la historia!! Jajaja! Y ya lo de kevin Jose y Vanesa del Carmen…. Jajajaja XD
Creo que yo también pertenezco a otro siglo. Lo triste es que esas expresiones están cada vez más presentes. Me quedo con mi tiempo que tampoco era para tirar cohetes pero vaya, algún poso de romanticismo si que tenía. Entonces te pasabas horas contándolo por teléfono ( que se lo digan a mi padre)..