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Libre

Qué palabra más corta.

Cinco caracteres, tres consonantes y dos vocales. Qué expresión más sencilla de pronunciar y a la vez tan complicada de entender. Tan llena de matices que llenarían un libro, o dos.

 

Libre.

 

Una de sus definiciones más simples es cuando se usa como adjetivo. Y se nos ilumina la cara cuando llevamos horas dando vueltas a un aparcamiento y vemos un sitio libre. O en un museo en día de fiesta: entrada libre. Un taxi en la madrugada después de unas copas…

 

Pero lo más dificil de interpretar es como sentimiento. La gente se siente libre cuando sale del trabajo un viernes o en el momento en que dejas a los niños con la abuela para irte a cenar.

 

Nos sentimos libres.

 

Cuando nos dan las vacaciones y miramos el mar desde la arena de alguna playa, o tras firmar los papeles de separación o divorcio. Cuando terminas tus tareas del hogar o acabas un tormentoso examen. Cuando viajamos en globo, en aladelta o saltamos desde un puente o en paracaidas. En ese momento en que lanzamos un largo suspiro y murmuramos: «Qué peso me he quitado de encima»…

 

Nos sentimos libres. Pero, ¿en realidad lo somos?

 

Cada uno tiene su forma de interpretarla, está claro. Y os aseguro que no lo critico, solo quiero exponer mi definición.

 

Yo creo que sentirse realmente libre es cuando nos dan los resultados médicos y el doctor sonríe, o cuando se abandona una relación de malos tratos y se empieza de nuevo. El momento en que unos pies descalzos acarician la arena de la playa después de semanas a la deriba en una patera, el simple hecho de abrir la nevera y ver que tienes leche para tus hijos.

 

Eso es ser libre.

 

Irte a pasear al campo con tu padre un domingo con la excusa de recoger espárragos o setas, percibir el primer rayo de luz entre los párpados de unos ojos que han estado ciegos durante años, poder levantarte de una silla de ruedas y decirle al mundo «yo también puedo caminar».

 

Eso es para mí.

 

Realmente hay infinidad de matices, sí, pero solo pocos que la definan realmente.

 

Y que te hagan sentir así en realidad.

 

Libre.

 
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2 de respuestas

  1. Soy afín a una definición de libertad ajena al «estilo de vida», un poco también como la que tu defiendes, libertad para mí es poder mirar hacia dentro, apreciar que lo que nos define poco tiene que ver con las obligaciones culturales y sociales y, después, no tener miedo a explicitarlo.

    Un saludo.

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