Hoy es un día como otro cualquiera. Me levanto y me preparo para ir a trabajar. Suena el ruidoso despertador con su cansina melodía a las seis en punto.

¿ Cuando será el día que se olvide de sonar?

Y lo peor de todo …

¿Qué pasaría si eso sucediera?

Pues que seguramente llegaríamos tarde a cumplir con nuestras responsabilidades. Que por cierto no tiene por que ser por un trabajo remunerado. Hay muchos tipos de trabajos y por desgracia la gran mayoría carecen de ganancia económica.

Una vez nos tomamos nuestra pequeña taza de café, salimos corriendo aún con el último sorbito en nuestro paladar sin tiempo si quiera para digerirlo, pero  esto no es lo peor de todo.

Lo peor de todo llega cuando salimos con nuestro coche para llegar lo antes posible y en vez de eso llegamos aún más tarde. Y ya no es solo por ese dichoso atasco eterno que siempre hay a la misma hora, sino que cuando al fin llegamos a nuestro destino nos encontramos con que no hay aparcamientos libres que no sean de pago ¡Claro!

Una vez completada nuestra primera misión imposible del día empezamos con nuestra rutina diaria que puede llegar hasta altas horas de la tarde.

¿Creen realmente que vale la pena?

¡Sí! Tenemos muchas comodidades y lujos en casa, o quizás no, y vestimos a la última moda, pero …

¿Cuánto tiempo hace desde que disfrutaron de una velada tranquila?

Sin estrés ni prisas …

Y otro detalle importante si vamos a la última moda ¿ Por qué no tenemos tiempo ni de mirarnos en el espejo?…

O algo aún más extremo

¿Cuánto tiempo hace que no das un paseo por el parque y escuchas el relajante canto de los pájaros?

O simplemente pasas un domingo fuera de lo común sin miedo a perder el ansiado descanso para el resto de la semana.

¡Pues si! Vivimos en un sociedad consumista por naturaleza y eso sin duda tiene un alto precio y no solo para nuestros bolsillo sino para nuestra salud.

¿Realmente vale la pena?

Tener sin tener y comprar por encima de nuestras necesidades reales …

Y lo más importante

¿Qué precio tiene tu tiempo? …