Te has imaginado alguna vez que son las leyendas urbanas y lo más importante si son fantasía o realidad.
Yo te cuento esta historia y tu decides que pensar.
Hace algunos años no muchos más de los que crees. Como en cualquier año decidí viajar en mi mes de vacaciones y elegí como destino la bella isla de Malta.
Al principio lo típico playa y más playa y alguna que otra visita cultural. Todo genial hasta aquella noche en que decidí pasear solo por el casco antiguo.
Estaba tomando fotos del casco y sus edificios cuando me tropecé con dos chicas jóvenes muy guapas. llevaban unos vestidos bastantes pasados de moda, pero como ahora el estilo vintage esta tan de actualidad no me pareció nada fuera de lo normal.
Conversamos largo rato y me invitaron a tomar una copa en su casa que justo estaba allí mismo.
¿ cuanto tiempo llevan viviendo aquí?
Mucho tiempo ya casi ni contamos los años.
Su respuesta y dada su juventud me pareció algo exagerado , pero como por la noche todos los gatos son pardos no le di más importancia de la necesaria. Algo que llamo mi atención era la casa parecida algo estática como perdida en el tiempo sin apenas detalles y todo muy oscuro.
Después de charlar algunas horas decidí marcharme a descansar.
¡Gracias! por acompañarnos la soledad es a veces muy aburrida
Me despedí algo extrañado por aquellas palabras no podía entender como dos chicas tan jóvenes y guapas podían estar tan solas.
Regresando a casa me di cuenta de que me había olvidado la cartera y decidí volver a buscarla. Estaba ya amaneciendo y los primeros rayos de sol daban vida a la vieja ciudad. Cuando llegue allí mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que la casa en la que supuestamente había pasado una agradable velada estaba en ruinas.
¿ Cómo es posible?
Una señora que pasaba por allí al ver mi cara de asombro me pregunto que me pasaba.
No entiendo nada anoche pase por aquí y esta casa no estaba en ruinas.
Esta casa lleva en ruinas desde la segunda guerra mundial, vivían dos hermanas que murieron asesinadas por unos soldados. Desde entonces nadie más ha vivido ahí.
¡Imposible! yo las vi anoche me invitaron a su casa a tomar una copa.
Se equivoca de calle seguro, ya conoce el dicho por la noche todos los gatos son pardos.
Cuando se fue la mujer me serene y me disponía a marcharme cuando una pequeña nota blanca pegada en la vieja ventana llamo mi atención.
Justo debajo estaba mi cartera y en la nota ponía con enorme letras rojas.
Gracias por la compañía …