Dedicado a María Zaragoza, folclórica de corazón,
andaluzade adopción
“Desde Puerta Tierra, al Barrio la Viña,
señores, qué guerra.
Los militares y los paisanos
llevan mi nombre como bandera
y dicen todos los gaditanos:
Lola Lolita, la Piconera.”
Corría el año 2006 y TVE anunció un especial de Rocío Jurado para celebrar su reaparición. Todos asentimos porque nadie puede imponer la muerte a quien no quiere morir, a quien no morirá nunca. Ya sabíamos que su enfermedad se la llevaba. Lo supimos desde que se marchó a EEUU para hacerse una revisión, para tratar esa enfermedad sin importancia, para no conceder entrevistas porque era algo peor, para blindar el silencio que respalda el respeto.
Nunca he entendido el estúpido chovinismo español, que resalta rasgos de carácter, más o menos dudosos, y escupe sobre artistas de nuestro país.
Antes de irme de vacaciones hasta septiembre, y después de muchos meses queriendo escribir sobre la chipionera más internacional, cumplo mi deseo de recordar a la Jurado. Sólo eso, recordarla.
Dijeron de ella que era generosa, excesiva, exagerada (como buena andaluza), que estaba orgullosa de llevar Andalucía por bandera, y su voz como escudo ante la vida.
Será que llevo a la Jurado, como quien lleva la memoria viva de un tiempo más pequeño, más cierto, nunca amable, pero sí más feliz. Será que mi tía Elvira tiene sus mismas facciones. Será que mientras yo completaba mis “Vacaciones Santillana”, mi madre limpiaba el salón, hacía las camas y mi abuela cortaba rosas antes de que hiciera más calor al son de sus canciones. Será que aquellas mismas canciones rebotaban en el césped mientras en la piscina gritábamos y salpicábamos todo a nuestro alrededor.
Lo cierto es que echo de menos a Rocío Jurado, como a Sampedro, como a Querejeta, como a la buena gente cuando, en silencio, se va y no dice adiós; como se debe añorar a los ARTISTAS.
Aquel 2006, cuando Televisión Española, emitió el especial “Rocío, siempre”, supimos que salía a despedirse la que fue nombrada Mejor Voz Femenina del Siglo XX – “Premio La Voz del Milenio” concedido en el año 2000 en la ciudad de Nueva York. Nos decía adiós la mujer a la que concedieron el premio “AMÉRICA” que había sido vetado para los hispanos y se entregaba en Las Vegas (Nevada) en el hotel Cesar Palace.
De haber nacido en el Nueva Orleans, el Bronx, en New Jersey… diríamos “es nuestra”.
Y, ahora, que estamos en verano y tenemos tiempo para pensar (quien quiera hacerlo, no es obligatorio), quería dejar mi recuerdo a la Jurado no sólo por ser GRANDE, sino por simbolizar a todas aquellas mujeres que obviamos por españolas, por mujer, porque somos idiotas.
Aquí el especial completo